La Asamblea Constituyente tunecina cierra por la crisis entre Gobierno y oposición
La creciente presencia de Al Qaida lleva a Túnez y Argelia a reforzar su cooperación antiterrorista
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La peor crisis política del país que abrió la Primavera Árabe, se agrava. El presidente de la Asamblea Constituyente de Túnez, Mustafa Ben Jaafar, anunció en la noche del martes la suspensión de los trabajos de la cámara de forma indefinida, hasta que ... el Gobierno y la oposición comiencen un diálogo para superar la actual crisis política, según la agencia oficial TAP.
La oposición laica ha pedido en reiteradas ocasiones la disolución de la Asamblea, que está a apenas unas semanas de terminar de redactar el borrador de la nueva Constitución y de la ley electoral .
Decenas de diputados presentaron su dimisión tras el asesinato en julio de Mohamed Brahmi, uno de los principales dirigentes de la izquierda tunecina, y han solicitado tanto la disolución del Gobierno, encabezado por el partido islamista Ennahda, como de la Asamblea Constituyente. Asimismo, han abogado por la creación de un gobierno de salvación nacional encabezado por figuras independientes.
La inestabilidad no afecta solo al campo político. Túnez y Argelia van a reforzar su cooperación antiterrorista después de que desde hace meses hombres de Al Qaida afianzasen sus posiciones en el monte Chaambi , enclave tunecino próximo a la frontera argelina. En algunos casos, la alerta está saltando a la capital tunecina, en cuyos alrededores murió ayer un supuesto terrorista tiroteado por agentes.
«Las relaciones entre los dos países, especialmente entre los dos Ejércitos, es muy estrecha y la cooperación se va a reforzar sobre todo para acabar con los terroristas de Chaambi», ha declarado el ministro de Defensa tunecino, Rachid Sabbasgh , informa AFP.
La ofensiva militar tunecina se ha ampliado por tierra y aire desde que ocho militares murieran la semana pasada en ese monte en una emboscada. Otros seis agentes habían perdido la vida con anterioridad en ese lugar.
El Gobierno que lideran los islamistas del partido Ennahda está cada vez más en entredicho pero se muestra decidido a no renunciar a pesar de la presión popular, liderada por una oposición heterogénea, verdadera macedonia con un amplio arco ideológico y social, pero que empieza a recordar a la masa que se levantó en 2011 contra la dictadura de Ben Alí abriendo la espita de la Primavera Árabe.
«Las exigencias (de los manifestantes) son excesivas, como la de la disolución de un gobierno que ha merecido la confianza del Parlamento», considera el jefe de Ennahda, Rachid Ganouchi en declaraciones al diario belga La Presse. «En los regímenes democráticos las manifestaciones no cambian el paso de los gobiernos, eso ocurre en las regímenes dictatoriales» .
Sus palabras no han frenado a los manifestantes, que anoche seguían tomando las calles coincidiendo con los seis meses desde que el opositor de izquierdas Chokri Belaid fuera asesinado a tiros. La indignación sigue más fuerte que nunca sobre todo desde que el pasado 25 de julio otro diputado opositor, Mohamed Brahmi, cayera en un atentado similar.
Flirteo con yihadistas
«La multiplicación de las manifestaciones» resta agentes destinados a «operaciones de lucha contra el terrorismo», ha llegado a decir Ali Larayehd , primer ministro y hombre fuerte de los islamistas que era ministro del Interior cuando fue asesinado Belaid.
La presión popular empujó entonces a la remodelación del Ejecutivo -así ascendio Larayedh- acorralado por las acusaciones de ser incapaz de frenar unos ataques que nadie duda que tienen detrás a los salafistas y yihadistas con los que a menudo Ennahda flirtea.
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