Un grupo rebelde sirio se atribuye el atentado de Beirut
Un desconocido grupo de la insurgencia siria asumió ayer la responsabilidad del atentado con coche bomba sucedido el martes en Beirut y que causó 53 heridos y numerosos daños materiales
maría iverski
Los autores del atentado, la llamada « Brigada 313 de las Fuerzas Especiales », reconocían en su página de Facebook que unidades especiales habían perpetrado el ataque contra oficiales de Hizbolá cuando se dirigían a sus coches en el área residencial de Bir al- ... Abed, bastión del grupo chií en el sur de la capital libanesa, aunque este último aspecto no ha sido confirmado por el partido de Hassan Nasralá.
« Advertimos muchas veces contra la intervención de Hizbolá en Siria » se justificaba el comando, aludiendo también al fracaso de los políticos libaneses a la hora de impedir las actividades de la agrupación chií en la guerra siria como otro de los motivos detrás del ataque.
La bomba del martes supone el incidente más serio ocurrido en Beirut desde el inicio de la tragedia siria hace más de dos años y no ha sido más que el comienzo. «Este atentado no es el primero y tampoco será el último. Hizbolá sabe muy bien quien atacó una de sus columnas en Zahle (este del Líbano) el mes pasado» explicaban los terroristas refiriéndose a dos pequeños artefactos que explosionaron el pasado 28 de junio al paso de un convoy de la milicia chií.
Por otra parte, el periódico libanés « Al-Akhbar » publica hoy un informe que asegura que la CIA había alertado a las agencias de seguridad libanesas dos días antes de la agresión de que Al-Qaeda planeaba atentar en los suburbios del sur de Beirut. De acuerdo con el rotativo, el grupo vinculado a Al-Qaeda transportó una gran cantidad de explosivos a Líbano y preparaba, al menos, la colocación de dos bombas en los barrios chiíes de la capital.
Temor en Líbano
Lo acontecido el martes acrecienta justificadamente los temores de que se produzcan actos similares contra el partido de Hassan Nasralá o sus seguidores en respuesta a la implicación militar de Hizbolá en Siria apoyando al presidente Bashar al-Assad. Si bien las tensiones resultantes del conflicto sirio, que ha dividido profundamente a la sociedad libanesa entre partidarios y detractores del régimen de Damasco, no habían llegado a una inmune Beirut, lo cierto es que la posibilidad de un enfrentamiento sectario entre suníes y chiíes en territorio libanés aumenta por momentos a pesar de las llamadas del presidente, Michel Sleiman, de no interferir en los asuntos de la vecina Siria. « Líbano no debería ser sacrificado en nombre de otros » afirmó.
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