Putin quiere que la momia de Lenin siga expuesta en la plaza Roja
A final de mes se reabre el mausoleo tras unos trabajos de rehabilitación que han durado siete meses
rafael m. mañueco
A finales de mes se reabre en la plaza Roja de Moscú el mausoleo que exhibe el cadáver embalsamado del primer dirigente soviético y líder de la revolución bolchevique de 1917, Vladímir Ilich Lenin . El edificio ha tenido que ser sometido a una ... reparación para reforzar sus cimientos. Los trabajos comenzaron en septiembre del año pasado y, por primera vez, se ha colocado una cúpula para aislar las obras del resto de la plaza.
El presidente Vladímir Putin se muestra decidido a conservar la usanza comunista de visitar el cuerpo de Lenin. Cree que ello no contraviene las tradiciones cristinas. Sin embargo, una parte importante de la sociedad rusa duda si merece la pena seguir gastando dinero en mantener en pleno corazón de la capital este lugar de culto al precursor de un sistema que se derrumbó en 1991 .
Si la Rusia actual no es ya comunista y se admite de forma general los errores y abusos cometidos en aquella época, se preguntan algunos, ¿por qué se sigue honrando la memoria de Lenin en la principal plaza del país? Allí se encuentra el Kremlin, el centro político de Rusia .
Pese a que la esposa del líder comunista, Nadiezhda Krúpskaya, se opuso a la momificación del cuerpo de su marido y aseguró que siempre había expresado el deseo de ser enterrado junto a su madre en el cementerio Vólkovo de San Petersburgo, la cúpula comunista decidió embalsamarlo y colocarlo en una urna de cristal en un mausoleo construido inicialmente de madera.
Lenin falleció en 1924 y, al parecer, la idea era que su cadáver se mostrase durante un cierto tiempo. Sin embargo, la abultada afluencia de visitantes hizo que se instaurase la costumbre. Para eternizar la peregrinación, las autoridades de entonces decidieron cambiar en 1930 el mausoleo de madera por el actual, edificado con mármol rojo y granito. Se construyó además una tribuna en su parte superior para que los dirigentes del régimen pudieran presidir los desfiles y eventos que tenían lugar en la plaza Roja.
El debate sobre la necesidad de dar cristiana sepultura a Lenin, desmantelar el mausoleo y trasladar a un cementerio los restos de las personalidades enterradas en los nichos de la muralla del Kremlin surgió tras la desintegración de la Unión Soviética. Empezando por la Iglesia Ortodoxa rusa, siguiendo con algunos de los intelectuales más destacados y terminando con numerosos políticos, incluyendo entre ellos al ex presidente soviético, Mijaíl Gorbachov, todos se pronunciaron a favor de dejar que el cabecilla bolchevique descansara en paz.
En 1993, el entonces jefe del Estado, Borís Yeltsin, eliminó la guardia de honor en el mausoleo. Cuatros años después, Yeltsin prometió un referéndum para que la población se definiera en relación con el futuro del cadáver de Lenin, pero nunca llegó a celebrarse.
Nada más llegar al poder, Putin se proclamó en contra de enterrar la momia porque, dijo, “muchos rusos podrían interpretarlo como un signo de que lucharon y se sacrificaron por nada”. Después defendió una postura más bien ambigua, sugiriendo otra consulta popular que tampoco tiene visos de materializarse. Llegó a afirmar que “no hay que apresurarse en un asunto tan delicado”.
El jefe del Kremlin se mostró mucho más concluyente el pasado mes de diciembre, cuando comparó el cadáver de Lenin con los cuerpos incorruptos de los santos expuestos en el monasterio ucraniano de Kievo-Pechérskaya Lavra . “Dicen que el mausoleo -de Lenin- no se corresponde con nuestras tradiciones cristinas. ¿Por qué?, miren las reliquias en el Kievo-Pechérskaya Lavra y en otros monasterios”, declaró ante los miembros de su equipo de campaña.
El ministro de Cultura ruso, Vladímir Medinski, discrepa con Putin. Según señaló el año pasado, “un 60-65% de los rusos piensan que hay enterrar a Lenin y ese porcentaje podría alcanzar el 90% si se lleva a cabo la correspondiente labor educativa”. Pero, de acuerdo con las últimas encuestas, hay un 28 por ciento de personas en Rusia que comparte el criterio del Partido Comunista, es decir que el mausoleo y Lenin deben continuar en donde están.
El cadáver de Lenin fue embalsamado por Borís Zvarski y Vladímir Vorobiov. Ambos científicos crearon un equipo que se encargó de momificar también los cuerpos de Stalin, al principio colocado junto al de Lenin pero después enterrado, del vietnamita Ho chi Minh, del angoleño Agustino Neto y de otros dirigentes.
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