La imputación de Sarkozy trunca su ambición de regresar al Elíseo

La Justicia francesa ve indicios de que pudo «abusar de la confianza» de la mujer más rica del país para financiar su campaña del 2007

La imputación de Sarkozy trunca su ambición de regresar al Elíseo afp

juan pedro quiñonero

La imputación de Nicolas Sarkozy por el presunto delito de abuso de confianza de Liliane Bettencourt (90 años), la mujer más rica de Francia, inicia un largo proceso de recomposición de la derecha francesa, en busca de un nuevo líder, más joven, ... menos polémico y libre de las “cacerolas” que amenazan el futuro político del ambicioso ex presidente.

Los abogados de Sarkozy desean anular la decisión del Tribunal de Burdeos de imputar oficialmente al ex presidente , por un delito infamante: “conseguir” que la mujer más rica de Francia contribuyese a financiar su victoriosa campaña electoral del 2007.

La justicia sospecha que Liliane Bettencourt pudo entregar unos 100.000 euros al tesorero de la campaña de Sarkozy, futuro ministro del Presupuesto, Éric Woert , cuya esposa trabajaba muy bien pagada en el gabinete especializado que aconsejaba fiscalmente a la millonaria.

Sarkozy ha sido imputado, tras las acusaciones de varios miembros del personal de servicio de Liliane Bettencourt . No parece verosímil que el candidato a jefe del Estado pasara personalmente a recoger un sobre con dinero negro. La justicia sospecha que Sarkozy pudo influir en Liliane Bettencourt, cuyos favores eventuales pudieron ser recogidos por otros personajes.

Imputación no significa condena. Y Sarkozy aspira a demostrar su inocencia completa. Sin embargo, el calendario judicial coincide peligrosamente con el calendario político y electoral. Si sus abogados no consiguen anular la imputación, el ex presidente se teme un proceso que puede durar meses y años.

Otros casos pendientes

Para colmo de desdichas, hay otros escándalos pendientes de instrucción que también pudieran influir negativamente en la carrera política de Sarkozy.

La policía judicial registró días pasados el domicilio parisino de Christine Lagarde , presidenta del Fondo Monetario Internacional (FMI), sospechosa de conceder favores fiscales a un truculento empresario, Bernard Tapie . Si las sospechas prosperasen, Sarkozy podría estar en primera línea.

Sigue instruyéndose el escándalo de los sondeos electorales pagados por el Elíseo , en tiempos de Sarkozy. Se trata de un escándalo menor pero muy sensible. Está en juego la tentación de manipulación de la opinión.

Siguen su instrucción los escándalos de Karachi (cobro de comisiones ilegales de algunos políticos franceses, durante la campaña de las presidenciales del 2002) y de Gadafi , de quien ha llegado a decirse que pudo financiar parte de la campaña presidencial de Sarkozy, el 2007.

El bombazo contra la carrera política de Sarkozy cae en el momento más patético: cuando su partido, la Unión por un Movimiento Popular (UMP), se encuentra empantanado, víctima del enfrentamiento de los dos hombres que aspiran a liderarla y liderar el centro-derecha francés, François Fillon , ex primer ministro de Sarkozy, y Jean-François Copé , cuyos enfrentamientos fratricidas los han hundido aparatosamente en los sondeos.

El hundimiento del “dúo calaveras” (Fillon-Copé) alentó la tentación del retorno, la vuelta de Sarkozy, a quien un fondo de inversiones qatarí ha ofrecido 500 millones de euros para estar al frente de un gran proyecto financiero internacional.

Aspirantes a la espera

Empantanado Sarkozy, hundidos Fillon y Copé, varias figuras emergentes han comenzado a tomar las posiciones de los aspirantes al liderazgo supremo.

Nathalie Kosciusko-Morizet (NKM), ex portavoz oficial de Sarkozy, ya es candidata a la alcaldía de París, en las municipales del 2014. Pero no es un secreto que ella aspira a la jefatura del Estado.

Bruno Lemaire , ex ministro de Agricultura, ha comenzado una larga marcha personal, sin ocultar sus ambiciones al liderazgo. François Baroin , ex ministro de Economía y Finanzas, se ha rodeado de una guardia pretoriana de consejeros.

Imputado, Sarkozy comienza a perder un terreno precioso, con un calendario judicial que algo tiene de calvario. Fillon y Copé han comenzado por destruirse el uno al otro. Kosciusko-Morizet, Lemaire y Baroin esperan el momento de lanzarse a caballo, sable en ristre, a la conquista del Elíseo.

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