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ABC Cultural

Las tristes confesiones antes de morir ahorcado del mayor genocida nazi: «¡No soy un monstruo!»

En sus memorias, reeditadas por 'Arzalia', Rudolf Höss se lamentó por la soledad de su familia y se defendió arguyendo que jamás había maltratado a un preso

Höss, ahorcado en el campo de concentración que él mismo regía en la IIGM ABC
Manuel P. Villatoro

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Rudolf Höss, primer comandante de Auschwitz, fue ahorcado en el mismo campo en el que sus acólitos asesinaron a cientos de miles de reos. La cálida soga abrazó su cuello un 16 de abril de 1947, frente a los restos de una cámara ... de gas. A la vista estaba su despacho, ese desde el que regía el destino de los deportados. Las fotografías de su ejecución todavía se conservan, así como sus memorias, 'Yo, comandante de Auschwitz', reeditadas este mismo verano por 'Arzalia'. Sus páginas son un torpedo contra los negacionistas, pues el genocida admitió los gaseamientos masivos y la incineración sistemática de los cadáveres para ocultar la barbarie. Y, aún así, el jerarca todavía sostuvo antes de dejar este mundo que no era un monstruo...

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