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ABC Cultural

Los planes secretos del Vaticano para convertir el Coliseo de Roma en una casa de prostitutas o una plaza de toros

Desde que, allá por el siglo VI, terminaran las luchas de gladiadores, el anfiteatro flavio fue utilizado como fábrica, vertedero, iglesia y cementerio

Las cuatro prácticas sexuales que más repugnaban a los ciudadanos de la antigua Roma

La última oración de los mártires cristianos (1883), del pintor francés Jean-Léon Gérôme. ABC
Manuel P. Villatoro

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En el siglo VI el pan y el circo tocaron a su fin. La irrupción del cristianismo en la Ciudad Eterna provocó que los espectáculos del Coliseo, conocido por entonces como anfiteatro flavio, se cancelasen. Así lo explica José Soto Chica en 'Hispania tardoantigua ... y visigoda'. En su texto, el doctor en Historia medieval suscribe que «los llamados 'ludi circensis' y las carreras, que gozaban de gran popularidad entre la sociedad del Bajo Imperio» habían sido objeto de duras condenas desde hacía décadas. Las críticas principales eran que estas actividades desataban las bajas pasiones y que, en ellas, podía llegar a derramarse sangre humana. Aquello supuso el canto de cisne del edificio tal y como se le conocía hasta la fecha.

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