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ABC Cultural

El misterio del Papa que no se pudrió en 40 años: la verdad del cadáver de Juan XXIII

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Manuel P. Villatoro

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Juan XXIII sabía que se enfrentaba a sus últimas horas aquel lunes 3 de junio de 1963... y, aún así, tenía la mente fija en aquellos que le rodeaban y se preocupaban por su renqueante salud. «Cuando esto acabe, vaya a ver a su ... madre. Por mi culpa no la vista desde hace mucho tiempo», le dijo a su secretario personal. Aquel al que conocían como el 'Papa bueno' no perdió el buen humor ni cuando se sabía a las puertas del paraíso. «¿Por qué llorar? Este es un momento de alegría, un momento de gloria», repitió. Su despedida fue tan serena como esos momentos finales: «Cristo me acoge. Estoy al lado de Jesús. Ya está, estoy dispuesto a partir».

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