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ABC Cultural

Las duras penas con las que la dictadura de Primo de Rivera castigaba en 1928 a los que lanzaban piropos

«El que, aún con propósito de galantería, se dirigiese a una mujer con gestos, ademanes o frases groseras o chabacanas, o la asedié con insistencia molesta de palabra o por escrito, será castigado con la pena de arresto de cinco a veinte días o multa de 50 a 500 pesetas»

Miguel Primo de Rivera firma un documento. ABC
César Cervera

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Los piropos están cada vez más en el ojo del huracán de las asociaciones feministas, que piden que se legisle alrededor de lo que entienden como otra forma de violencia machista . No obstante, la realidad es que desde principios del pasado siglo hubo conatos ... de restringir lo que un día nació como un halago hacia la belleza femenina y, con el tiempo, se revistió de grosería.

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