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ABC Cultural

DEMASIADO PRONTO

A Luqui le conocí cuando abandoné la cadena Ser, después de diez años de disc jokey, para ir a televisión. Luqui venía de Pamplona y fue la persona que me sustituyó en la presentación del programa estrella de la música, que era «El gran musical». Lo conocí ahí, con los mismos pelos alborotados y el mismo aire de sabio distraído que ha tenido hasta el día de su muerte. Ha sido siempre un enamorado de su profesión, un apasionado que se ha dedicado en cuerpo y alma a esa profesión de los discos. Creo que se ha ido feliz, porque ha hecho lo que ha querido en la vida y ha podido vivir de ello. Ha dejado muchos amigos y eso lo vimos en el tanatorio, donde no había un ambiente de tristeza por la pérdida, sino un ambiente de camaradería y de, en cierto modo, alegría por descubrir que el hombre nos ha dejado haciendo lo que quiso hacer. Se ha ido pronto, es la única lástima, porque hubiera llegado a ser un anciano venerable con esos pelos alborotados igual que lo fue en Inglaterra otro disc jockey similar, Jimmy Sabille, que con 70 años estaba presentando discos, con el mismo pelo de Luqui y el mismo aspecto de alocado del ritmo. Le vamos a recordar mucho y la música sin él, desde luego, no volver a ser lo mismo a partir de ahora.

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