EE.UU. ejecuta al preso número 1.000
Un hombre condenado a muerte por el asesinato de su mujer y su suegro fue ejecutado por una inyección letal esta madrugada en el estado de Carolina del Norte, convirtiéndose en el número 1. 000 ejecutado desde la reinstalación de la pena capital en 1977.
Kenneth Lee Boyd, de 57 años, fue declarado muerto a las 2:15 horas, informó la portavoz del Departamento de Correccionales del estado, Pam Walker. Boyd fue declarado culpable de matar a su esposa, de la que se había separado, y a su suegro en 1988.
Su muerte fue decidida después de que tanto el gobernador del Estado, Mike Easley, como el Tribunal Supremo declinaran intervenir para impedirla. Boyd nunca negó haber matado a tiros a Julie Curry Boyd, entonces de 36 años, y a su padre, Thomas Dillard Curry, de 57.
Boyd la persiguió incansablemente tras 13 meses de un tormentoso matrimonio y haber mandado en una ocasión a uno de sus hijos a la casa de su mujer con una bala y una nota de amenaza. Durante los asesinatos, su hijo Christopher quedó atrapado bajo el cuerpo de su madre, mientras Boyd le vaciaba una Magnum 357. El muchacho pudo escapar y refugiarse bajo una cama, mientras que uno de sus hermanos logró luego quitarle la pistola a su padre.
En 1976, el Tribunal Supremo estadounidense decidió que la pena capital podría volver a ser aplicada tras una moratoria de 10 años. La primera ejecución se realizó en enero del año siguiente, cuando Gary Gilmore fue fusilado en Utah.
Boyd declaró el miércoles a Associated Press que no desea ser recordado como un número. "No me gustaría ser recordado de esa forma", indicó desde la prisión en que estaba recluido.
La ejecución número 1.001 podría llevarse a cabo la noche del viernes, cuando Carolina del Sur podría terminar con la vida de Shawn Humphries por el asesinato en 1994 de un cajero.
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