Ni darle golpes ni machacarlo: el pulpo se queda tierno con solo hacer este truco

Este consejo vale tanto para quienes compran el pulpo fresco y desean conservarlo en su punto, como para quienes prefieren adquirirlo ya congelado en la pescadería o en el supermercado.

El pulpo está formado por fibras musculares que, al cocinarse, pueden quedar excesivamente duras si no se prepara con cierta precaución. Cuando se congela, algunas de esas fibras se rompen, lo que hace que el pulpo se vuelva más suave en el momento de la cocción.

Esta sencilla acción elimina la necesidad de golpearlo o machacarlo para ablandarlo, una técnica poco práctica en la cocina actual.

Si compras el pulpo congelado, seguramente venga limpio y listo para cocinar, lo que resulta muy cómodo. Si lo adquieres fresco, puedes pedir en la pescadería que lo limpien. Aunque también puedes hacerlo en casa.

Para ello, lava el pulpo bajo el grifo para eliminar restos que puedan tener los tentáculos o la cabeza.

Asegúrate de secarlo con papel de cocina para retirar la humedad antes de congelarlo. Puedes dividirlo en raciones si es de gran tamaño, así luego descongelarás sólo lo que necesites.

Utiliza bolsas de congelación herméticas, procurando extraer el máximo de aire posible.

Déjalo en el congelador al menos 48 horas para conseguir el efecto de rotura de fibras. Si no planeas cocinarlo pronto, se mantendrá bien durante varias semanas, siempre que lo hayas protegido correctamente contra las quemaduras por frío.

Aunque tengamos la tentación de usar el truco del microondas para descongelar alimentos, el mejor método para descongelar el pulpo es pasarlo del congelador al frigorífico y dejar que el frío se reduzca de manera gradual.

Este proceso contribuye a que la textura se conserve en buenas condiciones y evita la proliferación de bacterias.

Una vez descongelado, uno de los trucos para cocer el pulpo y que quede tierno y sabroso es el método de «asustarlo». Este procedimiento ayuda a que los tentáculos se enrosquen y a mantener su característico aspecto.

Con este proceso de cocido, ya podrás preparar suculentos platos como un sencillo pulpo a la barbacoa o un exquisito pulpo al ajillo.

Pero también puedes hacer platos más elaborados como una original receta de lentejas con pulpo, algún guiso marinero o alguna ensalada donde este producto destaque con su inconfundible textura y sabor.

Para conseguir los mejores resultados en tus recetas con pulpo, recuerda comprar siempre un producto de calidad. Fíjate en el aspecto del pulpo fresco. Debe estar húmedo y brillante, con los tentáculos firmes. Si está congelado, revisa la etiqueta de origen y la fecha de caducidad.

Teniendo este consejo en cuenta y poniendo en práctica nuestro truco para que el pulpo se quede tierno con sólo congelarlo previamente, disfrutarás de su sabor y suavidad en cada bocado.