Cómo conservar correctamente la berenjena en casa para que aguante en perfecto estado durante semanas
Un vegetal delicado, pero con truco: consejos para alargar su vida sin perder sabor ni textura
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Iniciar sesiónLa berenjena es uno de esos ingredientes imprescindibles en la cocina mediterránea. Su textura carnosa y su sabor suave la hacen perfecta para infinidad de platos, desde guisos y cremas hasta salteados o preparaciones al horno. Sin embargo, es también una de las hortalizas ... que más rápido se estropea si no se conserva bien. Un mal almacenamiento puede hacer que se ablande, se llene de manchas oscuras o pierda ese punto fresco que tanto la caracteriza.
En GURMÉ ya te hemos contado cómo conservar tus alimentos frescos más tiempo en verano o cómo hacer que tus tomates duren el doble en la nevera. Ahora, toma nota de cómo conservar las berenjenas en perfecto estado durante semanas.
La buena noticia es que, con un poco de cuidado y sin necesidad de hacer malabares, la berenjena puede mantenerse en buen estado durante más de una semana. Solamente hace falta conocer sus necesidades y aplicar algunos trucos sencillos para conservarla como recién comprada.
Elegir bien desde el principio
La conservación de la berenjena comienza mucho antes de llegar a casa. A la hora de comprar, es importante fijarse en que esté firme al tacto, con la piel tersa, brillante y sin arrugas.
El tallo debe estar verde y ligeramente rígido, señal de que la pieza está fresca. Las berenjenas muy grandes suelen tener más semillas y maduran antes, así que, si buscas que te duren más tiempo, mejor optar por ejemplares medianos o pequeños.
¿Frigorífico sí o no?
Aunque muchas veces metemos todas las verduras en la nevera por costumbre, no siempre es lo mejor. En el caso de la berenjena, depende de la temperatura ambiente. Si hace calor o no vas a usarla en los próximos días, conviene guardarla en el cajón de las verduras del frigorífico, pero procurando que no se enfríe en exceso ni acumule humedad. Lo ideal es envolverla en un paño de cocina limpio o en una bolsa de papel, de forma que pueda «respirar» sin secarse ni condensar agua. En estas condiciones puede mantenerse en buen estado durante 10 o incluso 12 días.
Eso sí, no la laves antes de guardarla. El agua residual en la piel favorece la aparición de manchas y acelera el deterioro. Mejor lavarla justo antes de usarla.
Cómo congelarla (bien)
Si sabes que no vas a consumirlas en el corto plazo, congelar las berenjenas es una opción útil, siempre que lo hagas de forma adecuada. La berenjena cruda pierde mucha calidad al congelarse, así que conviene cocinarla antes. Puedes asarla, cortarla en rodajas y dorarlas ligeramente, o incluso prepararla rellena para tenerla lista. Una vez cocinada y enfriada, sólo hay que guardarla en porciones, en envases herméticos o bolsas de congelación, e identificar la fecha. Así puede mantenerse perfecta durante varios meses, conservando sabor y textura.
Otra forma práctica y deliciosa de alargar la vida útil de la berenjena es convertirla en conserva. Asada o frita, y luego envasada en aceite, resulta ideal para usar como guarnición o para añadir a bocadillos, ensaladas y platos fríos. También puede conservarse en vinagre con hierbas y especias, al estilo encurtido.
Conservar bien también es cocinar con cabeza
Conservar correctamente las berenjenas no es cuestión de trucos complicados, sino de entender lo que necesita este ingrediente para mantenerse firme y sabroso el máximo tiempo posible. Elegir bien, evitar el exceso de humedad, no exponerlas al frío extremo y cocinarlas antes de congelar son pequeños gestos que hacen una gran diferencia.
Y lo mejor es que, con estas ideas, no sólo ahorrarás en desperdicio: también tendrás siempre a mano un ingrediente versátil, saludable y lleno de sabor para improvisar cualquier receta.
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