Chiringuitos y beach clubs recientes para disfrutar de la costa andaluza

En las zonas de costa se ha producido un fenómeno de sofisticación en la propuesta hostelera, con espacios pensados para ese cliente que llega de fuera y precisa una oferta de nivel que dé respuesta a sus hábitos de consumo. También el público local se ha acostumbrado pronto a esa nueva manera de disfrutar del tiempo libre junto al mar, y ha acogido con entusiasmo los nuevos espacios que han transformado las experiencias junto al mar.

El concepto de «beach club» es el mejor ejemplo de cómo está cambiando la oferta hostelera andaluza en los últimos años, ya que el tradicional chiringuito de toda la vida está dando paso a este otro concepto en el que el lujo es el protagonista.

Hamacas, camas balinesas e incluso jacuzzis a pie de playa junto a una oferta de alta cocina buscan dar respuesta a esa demanda de experiencias que tiene el público del siglo XXI, un espectro en el que el turismo ocupa un papel principal aunque el cliente local también se deja seducir por este tipo de espacios.

Si comenzamos nuestra travesía por la costa onubense nos topamos con Chiringuito Andalú, una propuesta con sello sevillano en pleno corazón de Matalascañas. Al frente de la cocina encontramos a dos conocidos chefs de la capital andaluza: Javi Padura y Lucas Bernal, quienes ofrecen una carta de altura junto a las olas del Atlántico.

El proyecto tiene detrás al equipo de Pura Cervecería (Cholo Jiménez, Miguel Sánchez, David Rubio y Fernando Maroto), quienes acuden acompañados de Quiqui Rodríguez y Raúl Alonso. En las instalaciones del antiguo chiringuito Altomar ofrecen un concepto extenso que abarca desde el desayuno a la restauración, el tapeo y las copas. El espacio destinado a restaurante ofrece en mesas bajas y un servicio cuidado pescados de la costa tanto a la plancha como a la brasa, fritura de Huelva, mariscos, ostras y carnes maduradas, además de una extensa carta de vinos.

Quienes busquen una experiencia más informal cuentan con un espacio de tapas distribuido en mesas altas donde encontrarán una carta fresca y dinámica. Por las tardes, Chiringuito Andalú se transforma en un beach club con momento para copas y música en directo los fines de semana.

Si nos detenemos en Cádiz encontramos varios chiringuitos o beach club en los que merece la pena detenerse. El más reciente es Kaos, en la playa Micaela de Chipiona, un espacio al estilo ibicenco que apuesta por una gastronomía de costa a base de pescados, arroces y productos a la brasa, además de coctelería. El establecimiento resurge de su anterior etapa, en la que era conocido como Maemuki, y llega con los aires chill out que están cogiendo fuerza en la provincia gaditana.

Otros de los más recientes en esta provincia es Valhalla Gastro Beach Club, en la playa de El Palmar, en Vejer de la Frontera, un espacio que aglutina alta gastronomía, coctelería creativa y un diseño sostenible frente al Atlántico. Detrás tiene al madrileño Azotea Grupo, que ya gestiona otros establecimientos en la costa gaditana como El Cuartel del mar (Chiclana de la Frontera) o Sal Verde (San Roque). Está dividido en cuatro zonas inspiradas en los elementos naturales (agua, fuego, tierra y aire) y cada espacio proporciona una experiencia distinta. Desde la piscina con camas libanesas hasta la azotea con vistas al mar o el restaurante dirigido por el chef Manuel Berganza, además de una zona chill out. La propuesta gastronómica destaca por su conexión con el entorno con una fuerte apuesta por el producto de cercanía: tomate de Conil, atún rojo de almadraba o pescados de la costa están muy presentes en su carta.

El grupo sevillano La Azotea se estrenó la pasada temporada con su primer chiringuito en la costa, concretamente en la playa de El Palmar, en las mismas instalaciones que el Papaya Playa Beach Club. Allí abrieron el pasado verano una sucursal de La Azotea, rescatando no solo el nombre del restaurante sevillano, también su concepto gastronómico y parte de su carta, propuesta que ha sido reconocida con un Solete Repsol.

A diferencia del de la capital andaluza, en este nuevo espacio cuentan con un maestro arrocero que se encarga de hacer varios arroces diarios.

Atenas Playa, en La Barrosa (Chiclana de la Frontera) es otro de los proyectos que ha venido en los últimos años a revolucionar la oferta gastronómica del litoral gaditano. Restaurante, zona chill out, beach club, piscina, dj´s, sunset rituals, tardeo… todo ello a pie de playa y con unas vistas únicas. Cuenta con una zona de restauración donde se pueden pedir entrantes como chicharrones de pato, brioche de atún rojo o tortillitas de camarones, hasta pescados como fingers de rodaballo o tartar de atún y arroces, con especialidades como el mixto de bogavante, el negro o el de atún rojo. La gastronomía se completa con una sugerente coctelería, música en directo y, su famoso «Sunset Ritual» con el que despiden diariamente al sol a ritmo de saxofón.

Sea Soul es la propuesta de Cataria en la playa de La Barrosa desde hace tan solo dos años. Se trata de un chiringuito de playa, con recetas gaditanas y producto de la zona. Frituras, guisos y papas aliñas son las estrellas de su cocina, además de una bodega con carácter chiclanero.

En Málaga el fenómeno del beach club no es tan reciente como en Cádiz y aunque encontramos espacios con larga trayectoria también hay proyectos nuevos en los que nos detenemos a continuación. En la misma capital hay una reciente apertura junto a la playa de El Dedo. Se trata de La Recaleta, el primer chiringuito que el grupo La Milla ha abierto en Málaga capital.

Con la ambición de darle al concepto chiringuito el respeto que merece, Luismi Menor y César Morales apuestan aquí por una oferta sin carta fija que cambia cada día según lo que marque el mercado. Un nuevo chiringuito donde el protagonista absoluto es el pescado fresco, el que llega cada mañana directo de la lonja y se convierte en la esencia de una cocina honesta, sin artificios, que sabe a lo de siempre.

Aquí, el mar se sirve en su punto. Desde la fritura clásica, dorada, crujiente, con ese toque que solo se encuentra en los sitios que conocen el oficio, hasta elaboraciones más creativas que sorprenden sin traicionar la raíz. El pescaíto frito, los boquerones, las puntillitas, la rosada o el calamar se preparan como manda la tradición. La carta está viva y cambia cada día, siguiendo el ritmo del mar y las estaciones..

Ya en Estepona, Grupo Besaya da vida a Malva Beach, su apertura más reciente y la tercera en la Costa del Sol. Hamacas, coctelería y una cocina de nivel que mima especialmente los productos del mar son la clave de este reciente espacio. En su carta destacan mariscos y pescados al carbón: desde carabinero a la brasa hasta lubina al carbón, rodaballo en parrilla o pulpo a la brasa.

Beso Beach, por su lado, está situado en plena arena de uno de los destinos más emblemáticos de la ciudad: la Playa del Padrón. Ubicado a pie de playa, este espacio se ha convertido en uno de los enclaves más reconocibles del litoral andaluz, gracias a sus símbolos más icónicos: el banco con el lema #NoHayVeranoSinBeso y su distintiva «B» sobre la arena.

La propuesta culinaria de Beso Beach mantiene su fusión entre la cocina vasca y mediterránea, incorporando este año nuevas incorporaciones como los espetos a la brasa, zamburiñas al josper con alioli cítrico o la pasta con bogavante, uno de los platos que marcarán esta temporada. También continúan otras recetas ya habituales en la casa, como los carabineros o la langosta a la Formentera.

A esta propuesta se suma un nuevo servicio de Kids Club para el público familiar, servicio de masajes junto al mar, y una serie de espacios pensados para alargar la jornada desde la mañana hasta el atardecer. El programa de actividades de Beso Beach Estepona incluye varios eventos fijos: los «Besos Latinos» de los domingos por la tarde, con ritmos de salsa, bachata y música cubana; las mañanas de «Besos Balance» con clases de yoga y pilates; y el «Tardeo Club» de los sábados por la tarde. A partir de este año, se incorpora también «Miércoles de Beso Salvaje», una nueva cita con música en directo para animar la semana.

Chambao es un club de playa y piscina ubicado en Marbella y perteneciente al Hotel Puente Romano Beach Resort, que se encuentra a unos 20 minutos a pie. Alta cocina y música son la espina dorsal de este espacio íntimo y exclusivo en el que darse un buen homenaje. Es imprescindible realizar reserva para disfrutar de este oasis junto al mar, en el que se puede saborear una cocina de inspiración nipona, además de mariscos de alta calidad, arroces, fritura malagueña, carnes y pescados.

Barbillón ofrece un total 4.000 metros cuadrados con vistas al mar para disfrutar del verano en todas sus formas. Situado a solo diez minutos de la Milla de Oro en la urbanización Guadalmina Baja, Barbillón cuenta con tres zonas con diferentes ambientes: el bar-restaurante, la zona de hamacas en la arena; y de la piscina, donde relajarse en camas balinesas. Quien prefiera comer en la playa o la piscina puede disfrutar cómodamente bajo la sombrilla, con propuestas sencillas, como ostras Guillardeau servidas con diferentes ingredientes, ensaladas, bowls, entrepanes de lujo y platos para picar entre horas, como tablas de ibéricos, nigiris o lobster roll.

En la costa de Granada encontramos un beach club que lleva ya unos consolidado pero sigue siendo una de las opciones más demandadas para disfrutar de gastronomía moderna junto al mar.

En la playa de Poniente de Motril encontramos Sunahra Beach Club, un espacio abierto durante todo el año que combina gastronomía con relax, coctelería y música. Desayunos cosmopolitas, tapas mediterráneas, gastronomía de vanguardia, fast gourmet food, meriendas dulces y saladas y healthy club forman parte de un concepto que ha echado raíces en la zona. En lo gastronómico, trabajan productos selectos como ostras, caviar de río frío o quisquillas de Motril. Pescados a la brasa, fritos, arroces y carnes maduradas completan su carta.

Con más de 7.000 metros cuadrados, Maraú Beach Club es un complejo de ocio único en Almería. Situado en la playa de Puerto Rey, en Vera, es un espacio pensado para el disfrute que combina playa, sol, piscinas y una gastronomía de calidad.

Dividido en diferentes espacios, el beach club se puede saborear desde las 12.00 de la mañana hasta el amanecer. Tiene zona de restaurante y otra de snacks junto al mar, donde hay pizzas, sándwiches, ensaladas y raciones.

En La Garrucha, Boracay es una de las opciones más recomendables para disfrutar de una gastronomía moderna en un entorno actual y sofisticado. En cocina cuentan con unas diez variedades de arroces, carnes, raciones y todo ello regado con una amplia selección de vinos traídos desde las mejores bodegas de España. Tienen zona de restaurante con comedor interior y dos terrazas exteriores, en diferentes alturas.