El contrato con el que Luis Lorenzo y Arancha Palomino intentan exculparse de la muerte de su tía

El 11 de mayo de 2021, apenas un mes antes del envenenamiento mortal, María Isabel Suárez contrató los servicios de una empresa dedicada a cargo de los mayores con el objetivo de que estuviera cuidada, de lunes a domingo, en régimen interno. Tal y como consta en el documento en posesión de ABC, la contratante abonaría mensualmente, y en efectivo, 1.285,81 euros (IVA incluido). En el contrato, provisto de cinco cláusulas, se recogen las condiciones de contratación y las garantías de sustitución y la relación entre el cliente y el trabajador.

Rubricado con una firma simple, podría tratarse de la suya propia o la de su sobrina, puesto que su abogado Francisco Pérez explicó, en ‘Viva la Vida’, que tenía un poder que le permitía actuar en su nombre, e incluso realizar supuestas transacciones entre cuentas corrientes.

La decisión de contratar los servicios específicos de la empresa anteriormente referenciada sorprende porque en abril de ese mismo año sucedía un episodio que trazaba el perfil de la relación entre los involucrados en esta funesta trama. Tal y como denunció M. ante la policía de Rivas Vaciamadrid, Isabel pasó doce horas en un restaurante del H2Ocio aturdida y desorientada mientras su familia disfrutaba de una jornada en la Warner. Según este testimonio, la sobrina de Isabel la habría desatendido voluntariamente hasta que fue requerida por los trabajadores del restaurante, quienes aseguran que fueron insultados y amenazados.

La investigación sigue su curso. La semana pasada prestaron declaración, ante la comandancia de la Guardia Civil, amistades y familiares, quienes ofrecieron datos concretos sobre ambos investigados, tal y como también contó en exclusiva este periódico. Una de las más significativas desveló la supuesta confesión de Luis Lorenzo tras la muerte de la anciana: «Ya se ha muerto la tía, ya podemos comprarnos la casa».

Tras pasar a disposición judicial , ABC pudo confirmar que el presentador se negó a declarar mientras que Arancha Palomino sí respondió a las preguntas formuladas, negando cualquier vinculación con el supuesto asesinato. En su declaración, no solo se mostró categórica al defender su inocencia, sino que aseveró que siempre trató a su familiar de forma cuidadosa, incluso en los momentos más tensos, pues deslizó que la octogenaria sufría problemas mentales que complicaban la convivencia.