Suscribete a
ABC Premium

Charlène, la nadadora que siempre estuvo triste

Esta pareja siempre fue una duda de pareja

Alberto de Mónaco viaja a Disneyland Paris con sus hijos

Charlene y Alberto de Mónaco GTRES
Ángel Antonio Herrera

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Lunes

El acuerdo de separación de Charlène y Alberto de Mónaco no es necesariamente la noticia, sino que había ahí un matrimonio por deshacer . Lo digo porque esta pareja siempre fue una duda de pareja. Asomaban juntos de vez en cuando, y la foto ... de felicidad conyugal servía para crónicas donde siempre se conjeturaba si estos dos ilustres eran o no eran felices. La separación, ya digo, nos recuerda que fueron matrimonio, algún día. Charlène pasó tres meses en Sudáfrica, su tierra. Ya hubo quien quiso leer más allá de eso que Charlène había regresar a sí misma, dejando la familia orillada en Europa. Dijo que veía a los hijos por internet. Del marido no dijo nada. Igual siempre hubo razones suficientes para pensar en esta pareja un divorcio , pero esta pareja es una pareja exótica que nunca sabes si está contenta o triste. Era. Nunca supimos ni siquiera si estaban mejor alejados que en compañía. Charlène fue nadadora de profesión, y su obsesión era el deporte, y no el protocolo. Su vocación era llegar primera a la meta, y no quedar finísima en cócteles de marquesas. Pasó de particular de buena lámina a la consorte de Don Alberto de Mónaco, o sea, una princesa. O sea, un relevo de Grace Kelly , con pasado de piscina. No la recuerdo alegre. Igual en su pasado está su futuro.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia