Familia
Cómo afecta el paro a las relaciones de pareja y familiares
Con casi cinco millones de parados, el desempleo afecta gravemente a muchos hogares. La tensión se traslada a la propia convivencia de los miembros de la familia
Cómo afecta el paro a las relaciones de pareja y familiares
Un día, mientras María pone la lavadora, escucha cómo unas llaves abren la puerta de su casa. Se asusta. No espera a nadie tan temprano. Se acerca sigilosa. Ve entrar a su marido pálido, caminando como si su cuerpo pesara toneladas. «¿Te encuentras mal? ¿Qué ... te duele?», pregunta inquieta María sin obtener respuesta. Él, absorto, se sienta derrumbado sobre el sofá y, sin apenas fuerzas para articular palabra, dice: «María, me han despedido».
Noticias relacionadas
Esta historia es la que lamentablemente se sucede con demasiada frecuecia en muchos hogares. Es el momento que marca un antes y un después, no solo para la economía del hogar, lo que supone un gran cambio, sino para la relación familiar, tanto con la pareja como con los hijos e, incluso, con los padres y suegros.
No llevar ingresos a casa genera gran tensión, pero hay qeu saber canalizarla
Sentirse fuera del mercado laboral y ver cómo menguan los ahorros, cuando los hay, produce una tensión de la que nadie escapa. Sin embargo, en función de cómo se canalicen y manifiesten estos sentimientos se perjudicará más o menos al entorno familiar.
Los expertos en terapia de pareja apuntan que es «normal» que si una persona pierde un empleo, su impotencia e incertidumbre puedan hacer saltar chispas , «sobre todo cuando se trata de una relación débil o en la que las discusiones ya formaban parte habitual de sus vidas —asegura María Luisa Pérez, psicóloga, mediadora y coordinadora del CAF Mariam Suárez—. Hemos detectado que muchos de los problemas que tienen las parejas que nos demandan orientación psicológica están vinculados a pérdidas de empleo en uno o ambos miembros».
En la misma línea se manifiestan en el Centro de Psicología Álava Reyes, donde aseguran que desde mayo de este año han notado un repunte de casos de parejas que acuden a consulta por sentir un gran deterioro en su relación al quedar uno de ellos en paro, o por estar actuando bajo la presión de temer perder el empleo o de asumir una mayor carga de trabajo. «Esto provoca que cuando el miembro afectado por la situación laboral llega a casa proyecte su mal humor y toda su insatisfacción con el cónyuge e, incluso, hijos. Su paciencia se limita y los conflictos se sucenden con facilidad, a pesar de que en otros entornos disimule y ponga buena cara», reconoce María Jesús Álava-Reyes,
Hay que ponerse en en lugar del otro para entender lo que puede sentir
directora general del Centro Álava Reyes. «Tocan ahora momentos de ser más pacientes, comprensivos y flexibles. La mayor queja en consulta es la presión que sienten por parte de la pareja. Es un buen consejo intentar ponerse en el lugar del otro para entender mejor lo que pueda sentir».
En su opinión, la solución no pasa por presionar a la persona que, no lo olvidemos, ha perdido el empleo. Lejos de discutir hay que intentar tener una relación más fluida, mayor comunicación de sentimientos y no centrarse en hablar solo de los problemas . «Pueden realizar actividades juntos que no cuesten dinero, como practicar algún deporte o pasear. No es tiempo de reproches, sino de refuerzos para elevar la autoestima: "eres muy válido, saldrás adelante, lo conseguiremos juntos..." Es momento de generosidad, no de exigencias».
Aunque a algunos les pueda resultar paradójico, en muchas ocasiones la crisis económica y su incertidumbre refuerzan el compromiso de las parejas más sólidas y fuertes. «En estos casos, se produce una reacción de solidaridad y gran comprensión ante las dificultades. La pareja se fortalece y se une más, poniendo
Si se ha tenido una buena relación, la crisis puede hacer más solida la unión
a prueba la autenticidad de su amor —puntualiza Alicia López de Fez, directora del Centro de Psicología López de Fez —. Podemos afirmar que si siempre se ha gozado de una buena relación, la crisis puede hacer más sólida la unión ».
Para ello, es necesario tener grandes dosis de paciencia y comprensión. Hace falta ser realistas y actuar con la cabeza, para no dejarnos, ni unos ni otros, dominar por determinados sentimientos que perjudiquen la relación. Hay que respetar el tiempo de duelo de la persona en paro y pensar que de una actividad frenética laboral, ahora pasa a estar en casa todo el día. «Es muy común hacer un reparto de las tareas domésticas y del cuidado de los hijos. Cuando es el hombre el que está en paro, la mujer debe ser paciente y debe evitar sobrecargarle y sobre todo hacer comentarios negativos sobre "lo mal que ha fregado los platos" porque poco a poco logrará perfeccionar sus nuevas tareas».
Planificar el ahorro
A la hora de planificar gastos, es habitual que se produzcan discusiones. "Es muy común que uno quiera cambiar a sus hijos a un colegio más económico y el otro no. A eso se suma la presión de los hijos que, por supuesto, no quieren separarse de sus amigos", dice María Jesús Álava Reyes.
También recomienda que los padres comuniquen a sus hijos la nueva situación porque hay muchos matrimonios que optan por no decir nada por la vergüenza que les supone que se lo cuenten a sus amiguitos y se enteren otros padres. «Es un grave error —señala Álava Reyes—. Los hijos sentirán la tensión en su casa y finalmente descubrirán lo que pasa sabiendo que a ellos se les ha mantenido al margen. Hay que explicarles todo, con un lenguaje ajustado a su edad para que puedan tener también un papel activo y sean responsables. De lo contrario, las tensiones serán mucho mayores, sobre todo cuando vean reducida su paga o negado un capricho».
Ver comentarios