¿Qué hacer para que nuestros hijos desayunen bien?
Consejos de los pediatras para adquirir el hábito de tomar la primera comida del día
M. J. PÉREZ-BARCO
Nunca es tarde para adquirir unos buenos hábitos de alimentación. Y ahora que empieza el curso, es un momento ideal para hacerlo. Una dieta equilibrada exige desayunar, y hacerlo bien, una costumbre de la que se adolece en muchas familias. De hecho, un 8% de ... niños acude al cole sin haber ingerido ningún alimento nada más despertar. Muchos solo toman un vaso de leche. Y son muy pocos (un 7% de niños y adolescentes) los que realmente mantienen un desayuno equilibrado.
Desayunar es imprescindible para comenzar el día. Y de eso hay que concienciarse por muchas prisas que se tengan a esas horas de la mañana. Tomar la primera comida del día ayuda a mantener la atención y el rendimiento en las primeras horas de clase y previene la obesidad, ya que así los niños no tendrán tanta hambre a lo largo de la mañana y es más fácil que no picotee, lo que les ayuda a evitar que ganen peso en exceso.
La Asociación Española de Pediatría (AEP) ofrece los siguientes consejos para inculcar el hábito de desayunar en nuestros hijos.
—Desayunar es un hábito que se aprende. Por tanto, se debe repetir de igual forma cada día, hasta que se convierta en algo que sencillamente es así. Lo mejor es empezar desde la más tierna infancia.
—Padres y cuidadores deben dar ejemplo. También deben realizar un buen desayuno y compartir la mesa con los niños.
—Dormir bien y las horas suficientes facilita el desayuno. No hay que ir cortos de sueño. Niños y adolescentes deben costarse a una hora prudente.
—Si es necesario, madrugar un poco más (basta con diez minutos) para realizar un buen desayuno.
—La primera comida del día solo requerirá unos 15 minutos y siempre en compañía.
—Dejar las mochilas, ropa... preparadas la víspera puede ayudar a no ir con tanta prisa por la mañana.
—Si les cuesta hacer un desayuno completo, se puede empezar introduciendo alimentos poco a poco. Al principio un vaso de leche con cereales o galletas; o un batido de yogur y fruta; o pan con aceite y embutido; o una pieza de fruta; o incluso algún reto apetito de la cena del día anterior. Poco a poco, y sin prisas, iremos añadiendo nuevos alimentos.
—No desayunar no adelgaza. Por el contrario, muchos estudios demuestran que incluso engorda. Las calorías del desayuno se queman rápidamente con la actividad de la mañana. Y evita el picoteo entre horas.
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