Yolanda Díaz dimite como líder de Sumar tras el varapalo en las europeas: «Es necesario dar un paso a un lado»
Continuará en el Ejecutivo como vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo
La plataforma consigue 3 escaños en el Parlamento Europeo, sólo uno más que Podemos en unos comicios que sirven como «espejo a la ciudadanía»
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Yolanda Díaz lanzó Sumar para enterrar a Podemos y presentarse a las generales del 23J con el objetivo de convertirse en «la primera presidenta de España». O eso dijo. A la vicepresidenta le arroparon entonces una quincena de partidos a la izquierda del PSOE - ... los comunes, Izquierda Unida, Compromís...-, además de purgados y críticos con la formación morada. Ahora, un año, dos meses y ocho días después, anuncia que abandona todos los cargos órganicos dentro de la formación. Eso sí, continuará formando parte del Gobierno de coalición con el PSOE como vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo. El anuncio llega este lunes, apenas 24 horas después del varapalo de la plataforma en las europeas del 9J. «Es necesario dar un paso a un lado para dar un paso adelante en la política que importa a la gente«, ha informado Díaz en comparecencia urgente, telemática y sin preguntas.
La hasta ahora líder de Sumar fue una de las grandes ausentes de la noche electoral. Sin rastro de ella, en su lugar fueron la cabeza de lista de la formación, Estrella Galán, y el portavoz, el ministro Ernest Urtasun, quienes salieron a dar la cara por unos porcentajes que no alcanzaron sus expectativas, que eran de mínimo 4 eurodiputados según fuentes de la formación. Como consecuencia, anunciaron un tiempo de reflexión «tranquilo» y «sosegado», y la convocatoria de su Ejecutiva para este lunes a las once de la mañana.
Cuatro horas después, Díaz constataba su fracaso en unas elecciones «que han servido de espejo a la ciudadanía» y que abren una brecha en el Ejecutivo al dejar de liderar Sumar. «Es siempre nuestra responsabilidad. En este caso, mi responsabilidad. La ciudadanía ha hablado y yo voy a hacerme cargo. Por ese motivo, he decidido dejar mi cargo como coordinadora de Sumar«. Acto seguido, ha instado a abrir un camino «colectivo» tanto en el seno de la formación como en las organizaciones que forman parte de ella.
Sumar consiguió el domingo 3 escaños en el Parlamento Europeo, sólo uno más que Podemos y los mismos que el antisistema Alvise. Un resultado que deja a los de Yolanda Díaz a poco más de 1,5 puntos de diferencia con los morados en la pugna por el electorado a la izquierda de los socialistas tras la ruptura de ambas formaciones en el Congreso en diciembre del año pasado y que evidencia que la discordia les pasa factura. El espacio en su conjunto se deja 4,5 puntos respecto a las generales y más de 2 puntos respecto a los comicios comunitarios de 2019, donde sólo concurrió la formación morada.
Pero el problema no es sólo Sumar y Podemos. Mientras los de Ione Belarra e Irene Montero resucitan -«Nos hemos puesto en pie, pero no nos conformamos», advierten-, a Sumar se le complican cada vez más las cosas con un problema de gobernanza interno. A los resultados del 9J, se une el hecho de que ya hubo ciertas tensiones cuando se conformaron las listas para las europeas: IU quedó en cuarta posición por detrás de los comunes y Compromís, y ahora directamente está fuera del Parlamento Europeo por primera vez en la historia. Habrá que estar pendientes a partir de ahora la revisión que hacen para encajar su papel dentro del proyecto de Sumar. «Abrimos un proceso para cambiar dentro de nuestra organización todo lo que deba ser cambiado», ha dicho su coordinador federal, Antonio Maíllo, en una carta a la militancia.
A Más Madrid, que también «abre una reflexión profunda», tampoco le ha sentado bién los tres europarlamentarios obtenidos. Un resultado «malo sin paliativos» por el que el socio más potente de Sumar, que iba en quinto lugar en las listas, había exigido «responsabilidades» a la dirección, además de un cambio de rumbo.
«No he hecho las cosas que debía»
Reconoce Díaz que durante estos meses no ha hecho las cosas que debía hacer ni tampoco las que mejor sabe hacer y la ciudadanía «lo ha percibido»: «He tenido la certeza de que la política se dedicaba mucho más a sí misma a que los problemas de la ciudadanía. Y tenemos que estar para solucionar los problemas de la gente, no los problemas de los partidos o los políticos». Pedro ladrador, poco mordedor. Tras un largo «proceso de escucha», la ministra de Trabajo se postuló en abril del año pasado como la futura «primera presidenta de España», como la líder de un nuevo proyecto que reconstruiría la izquierda alternativa al PSOE y que rechazaría «tutelas» porque «las mujeres no somos de nadie». Por entonces estaba en plena guerra con el exlíder de Podemos, Pablo Iglesias, que ejercía de mano negra para la formación morada no perdiese peso en la coalición.
Desde entonces, la coordinadora general de Sumar ha repetido en reiteradas ocasiones como líder política mejor valorada por la ciudadanía en el CIS, acercándose al aprobado raspado.
Los comicios comunitarios, ha explicado este lunes, «no eran unos más y su resultado tampoco lo ha sido». «A pesar de la resistencia de las fuerzas democráticas en algunos países europeos, la corriente de fondo es que en Europa, la internacional del odio en sus distintas expresiones ha dado un paso adelante». La derecha radical ha escalado posiciones, ganando las elecciones en Italia, Francia y Austria, además de quedar en segunda posición en Alemania. Un situación que, a su juicio, merece respuesta: «No podemos mirar a otro lado, ni podemos fingir que esas corrientes no existen. El desafío es hoy mayor y más complejo de lo que era ayer». Y Sumar, asevera, ya no le vale «seguir a la defensiva» ni «salir a empatar»,
«Hace ya más de un año di un paso para afrontar esta situación. El pasado 23 de julio, con un escenario muy difícil, demostramos que podía ganar la esperanza. Sin embargo, tenemos mucho que avanzar para repetir lo que conseguimos ese día«. Sumar concurrió a las elecciones del 23J con Podemos, a pesar del «veto» de Díaz a Irene Montero. La plataforma se posicionó como cuarta fuerza política con un 12,3 por ciento del voto y 31 escaños (11 menos de los que obtuvo Unidas Podemos en las de 2019), que le permitieron obtener cinco ministerios y una vicepresidencia dentro del Gobierno de coalición con el PSOE, gracias también a los votos de sus socios independentistas.
«He tenido la certeza de que la política se dedicaba mucho más a sí misma a que los problemas de la ciudadanía. Y tenemos que estar para solucionar los problemas de la gente, no los problemas de los partidos o los políticos»
A partir de ahí, Sumar ha encadenado resultados electorales mediocres. La formación de Díaz pinchó en Galicia el 18F y no logró recabar ni el 2 por ciento de los votos, qudándose fuera de la cámara gallega. Era la primera vez que Sumar y Podemos competían en unas elecciones después de su divorcio en la Cámara Baja. En el País Vasco Sumar logró sólo un escaño el 21A y el liderazgo de Díaz quedó aún más cuestionado. En Cataluña, donde Podemos renunció a presentarse al 12M, los comunes sacaron sólo 6 diputados autonómicos, dos menos que en las anteriores. De ahí que las europeas hayan sido la gota que ha colmado el vaso.
«Soy la primera en admitirlo y la primera en hacerme cargo», ha admitido Díaz varias veces a lo largo de su comparecencia, Ahora, al frente de la cartera de Trabajo y de la Vicepresidencia Segunda del Gobierno, su obligación es «garantizar que el Gobierno de coalición progresista convierta ese mar de fondo, lleno de odio y desafección, en una ola de derechos y esperanza». Un Ejecutivo del que está convencida «es la mejor herramienta para mejorar vida gente» y para ello, pide a Sumar que le acompañe.
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