cOMISIÓN DE INVESTIGACIÓN
Las víctimas de la dana expresan en el Congreso su «cabreo monumental» con Mazón y Sánchez
Acusan a los Gobiernos central y autonómico de falta de coordinación, y lamentan que si las alertas hubieran llegado antes, «un buen número de vidas se hubieran salvado»
Las víctimas de la riada claman en el Congreso: «A nuestros familiares los mató la mala gestión»
Madrid
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Iniciar sesiónLa voz de las víctimas de la fatídica dana, que se cobró la vida de 229 personas en la Comunidad Valenciana, 7 en Castilla-La Mancha y una en Andalucía el 29 de octubre del año 2024, llega por segundo día consecutivo al Congreso de ... los Diputados, que esta semana acoge las tres primeras jornadas de la comisión de investigación de la riada, centradas, precisamente, en las 237 personas —229 en la Comunidad Valenciana, 7 en Castilla-La Mancha y una en Andalucía— que perdieron su vida aquel fatídico 29 de octubre, sus familiares y el resto de damnificados.
Al contrario que el martes, cuando los comparecientes eximieron de toda responsabilidad al Ejecutivo central, poniendo únicamente el foco en la administración autonómica que es la que, dijeron, ostenta las competencias en materia de protección civil y gestión de emergencias, en esta ocasión sí que ha habido dos señalados por las víctimas: el presidente de la Generalitat Valenciana, el popular Carlos Mazón, pero también el del Gobierno, el socialista Pedro Sánchez. A ambos les acusan de falta de coordinación tanto el día de la tragedia como los inmediatamente posteriores a la misma. «Entre unos y otros, la ayuda no llegó», ha denunciado Christian Lesaec, presidente de la Asociación de Damnificados por la DANA de L'Horta Sud —zona zero de la tragedia—, primero en comparecer este miércoles.
Ataviado con una camiseta con el mensaje '229 muertos. 0 responsables. Valencia no olvida', Lesaec ha acudido a la Cámara Baja, en primer lugar, para manifestar el «cabreo monumental» con Mazón y Sánchez que tienen tanto él como las 630 víctimas, familiares y damnificados a los que representa. Al jefe del Ejecutivo, por su promesa de colaboración y puesta a disposición de medios para combatir los efectos en las áreas afectadas en los días posteriores a la gota fría, que, aunque creen que fue «sincera», se preguntan «en qué quedó»; y al ahora 'president' valenciano en funciones, por decir que había sido «ingenuo» al esperar tal ayuda, aunque tampoco saben si esto fue verdad o no. Sin intención, ha dicho, de «echar las culpas a nadie», a ambos mandatarios les recriminan, además, que no declarasen el nivel 3 de emergencia a través de cual se traspasaba el mando de la situación al Ministerio del Interior. «¿Tanto cuesta levantar el teléfono, sea quien sea, para ponerse de acuerdo y que los medios lleguen?», exige saber este vecino de Alfafar.
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La sensación de los días posteriores a la tragedia, dice Lesaec, fue «desoladora». «No había nadie. No entendemos cómo llegaron antes chiquillos en bicicleta y andando que los cuerpos de emergencia. ¿Cómo es posible? ¿Qué ha fallado ahí? Yo no voy a decir de quién fue la culpa, pero se tiene que juzgar, si se ve algún indicio, desde al alcalde de una pedanía hasta al presidente del Gobierno», expresa otro de los comparecientes, Alejandro Carabal. Este bombero de Massanassa ha querido poner en valor la labor de rescate de los vecinos de su pueblo ante tal «salvajada»: «Si es terrible esa cifra [de fallecidos], no quiero imaginar cuál hubiera sido sin la ayuda de la gente», recuerda.
De la gestión del Gobierno de Mazón dice también que fue «nefasta» y que este «llegó tarde», ya que si el Centro de Coordinación Operativo Integrado (Cecopi) se hubiera puesto en marcha antes, más aún cuando las primeras llamadas de ciudadanos valencianos al 112 informando sobre problemas empezaron a llegar a partir de las 6.30 horas de aquel 29 de octubre, y la alerta hubiera sido temprana, el volumen de la catástrofe podría haberse reducido considerablemente. «Si a las 17.00 horas se nos hubiera avisado, un buen número de vidas se hubieran salvado»., denuncia el presidente de la Asociación de Damnificados por la DANA de L'Horta Sud.
«Que las palabras se transformen en hechos. Que pase aquí en el Congreso lo que pasó en Valencia: trabajar codo con codo», emplazan las víctimas a todos los partidos políticos
En este sentido, también han denunciado que Mazón suprimiera la Unidad de Emergencias Valenciana «para ahorrarse 38 millones de euros —»¿ha valido la pena?«, cuestiona Lesaec— o la reciente desaparición de la jefatura de Meteorología como puesto específico dentro del organigrama de la televisión valenciana pública 'À Punt', cuya labor de información sobre la dana, la cual dicen que salvó vidas, ha querido poner en valor Carabal.
Por otro lado, Lesaec ha puesto una serie de «deberes» de cara a futuras riadas a todos los partidos políticos sin excepción, a los que ha pedido que se olviden de sus siglas y tengan visión de Estado «porque las familias de los fallecidos se lo merecen». Entre ellos, el plan de ambientalización del barranco del Poyo. A él también se ha referido Elísabeth González, vecina de Paiporta que quedó atrapada en la V-30, a diez kilómetros de Valencia, y salvó su vida gracias a encontrar refugio en un camión. Atrapada en la autovía, con el agua a la altura de la cadera, cuenta que el 112 le dijo que no había ningún protocolo de emergencia a seguir y la Guardia Civil, que no iba a ir nadie a ayudarla. «Vivimos el terror más absoluto, no se puede explicar con palabras que te nieguen categóricamente ayuda ante una catástrofe de tal calibre», explica aún aterrorizada.
«Fue una catástrofe política, no ambiental»
Acto seguido, ha lanzado una pregunta a los diputados: «¿Por qué nadie nos ayudó durante las siguientes 48 horas? Eran vitales para salvar vidas y no había nadie». «Al día siguiente [de la dana] no hubo suficiente ni del Gobierno autonómico ni del central ante un escenario tan dantesco. Mientras estábamos de barro hasta las rodillas, aquí se hablaba de presuntos casos de corrupción. No han estado a la altura ni antes ni después. Primero, había que ayudar; después, depurar responsabilidades. Era una emergencia nacional», ha dicho. «No ha sido una catástrofe natural, ha sido una catástrofe política«, añade, al tiempo que ha afeado a los dos principales partidos políticos de nuestro país que hayan jugado desde 2006 a la patata caliente con la ejecución de las obras del barranco del Poyo.
«No hubo suficiente ayuda ni del Gobierno autonómico ni del central ante un escenario tan dantesco. No han estado a la altura ni antes ni después»
La compareciente Verónica Vicent también ha trasladado a la clase política y en especial, a la derecha, uno de los discursos más duros de toda la jornada. «Tanto a PP como a Vox —se ha dirigido a ellos, afeándoles que no activaran en nivel 3 de emergencia—: me siento defraudada por ustedes». Esta policía local, retirada desde mediados de 2024 por lesión medular, tuvo que ejercer, de manera improvisada y ante la ausencia de efectivos, como jefa del puesto de mando avanzado de una de las localidades afectadas por la gota fría. «No entiendo qué pasó. Me sentí abandonada por un presidente que me debía proteger y que decidió que tenía mejores cometidos», señala. Aún con todo y pese a que la mirada de una niña pequeña a la que trató de rescatar del agua sin éxito desde el balcón de su casa la acompaña «cada noche y cada mañana al despertar» desde entonces, asegura Vicent que no vive con rencor hacia nadie y que lo único que desea es aprendizaje y ejemplaridad de cara a situaciones similares futuras.
Por todo lo anterior, reclaman Lesaec y el resto de comparecientes que los los partidos políticos «cumplan y sean capaces de ponerse a trabajar, que no vuelvan a pasar otros 30 años esperando si somos capaces de ponernos de acuerdo para arreglar los barrancos». «Que las palabras se transformen en hechos [...]. Me gustaría que aquí [en el Congreso] pasara lo que pasó allí [en Valencia]: trabajar codo con codo. De aquí es de donde debería salir el ejemplo. La sociedad está perdiendo la fe en la política», ha dicho en la misma línea Carabal, dirigiéndose a los portavoces de los distintos grupos parlamentarios presentes en la Sala Prim de la Cámara Baja.
«Que estudien todo lo que se hizo mal y hagan públicos los fallos: que cambien todo lo que no funcionó: protocolos, planes de actuación, personal no formado, mala coordinación entre organismos públicos...», añade Elísabeth González a esta última reflexión. Pero, por encima de todo, reclama, «que haya por una vez cohesión entre el Gobierno central y el autonómico».
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