La vicepresidenta Díaz plantará a Sánchez en la cumbre bilateral con Marruecos en febrero

La ministra de Derechos Sociales y líder de Podemos, Ione Belarra, y su homólogo de Consumo y coordinador federal de IU, Alberto Garzón, tampoco asistirán. La decisión ya ha sido comunicada a la parte socialista del Gobierno. Se trata de la primera cumbre bilateral con Marruecos desde 2015.

El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, ha anunciado este miércoles la fecha de la reunión, según lo acordado entre el presidente y Mohamed VI el pasado 7 de abril. Preguntado por esta cuestión, Albares explicó que en las cumbres y las RAN las delegaciones «nunca se componen de todos los ministros» de un gobierno y que muchas veces depende de sus agendas.

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«Va a haber muchos ministros porque las relaciones con Marruecos son muy extensas», declaró, al tiempo que recordó que Díaz ha estado en algunas de estas cumbres y que en la de Francia, que tendrá lugar la semana que viene, no estará. Respecto a la de Marruecos, Albares comentó que no sabía si el ministerio de Trabajo que encabeza Díaz tiene asuntos sobre la mesa que tratar en Rabat. Lo que sí destacó es que «irán aquellos ministros que tengan algo que tratar en la cumbre».

La pandemia imposibilitó una reunión en diciembre de 2020. Luego, la acogida en 2021 por razones médicas del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, retrasó todavía más el encuentro y empeoró la relación con Rabat. Mientras tanto, las peticiones de Unidas Podemos para que se celebre un referéndum de autodeterminación para el pueblo saharaui no ayudaron.

En marzo, el Ministerio de Exteriores marroquí informó de que Sánchez reconoció mediante una carta ante el rey Mohamed VI que «España considera la iniciativa de autonomía marroquí del Sáhara de 2007 como la base más seria, realista y creíble». Era su fórmula para resolver las malas relaciones. Ni Belarra ni Díaz habían sido informadas de esa decisión. Tampoco en el PSOE. Unidas Podemos en bloque se reafirmó entonces en su compromiso con la autodeterminación del Sáhara.

La Moncloa rompió así con la línea que siempre había defendido España y que abogaba por la celebración de una consulta para el pueblo saharaui, como defiende la Misión de Naciones Unidas para el referéndum en el Sahara Occidental (MINURSO), un conflicto que se dilata desde 1976.