Las cámaras que han puesto los vecinos han cazado sus rostros. El ladrón se toma su tiempo para investigar la puerta. La propietaria ya la había cambiado pensando en la seguridad de sus hijos. Otro ladrón aprovecha la salida de unos vecinos para colarse en ... el bloque. Lleva un saco al hombro donde piensa poner su botín. Se le ve en el descansillo de una vivienda, revisando los trucos que emplean para saber si hay gente o no. Incluso se queda escuchando los ruidos de las viviendas hasta que descubre la cámara y sale corriendo. Los vecinos están muy preocupados y piden más seguridad. Todavía no se sabe si todos los casos forman parte de una misma banda organizada. -Redacción-
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