El Supremo avala el cese del coronel Sánchez Corbí por pérdida de confianza

Aunque la sentencia de la Sección Cuarta de esta sala se conocerá en unos días, los magistrados ya apuntaron en la admisión de este recurso que era necesario «confirmar, aclarar o precisar la doctrina existente sobre la problemática del cese en los mismos», en referencia a los cargos de libre designación, y que se debía determinar «cuál es el contenido del deber de motivación exigible en las resoluciones administrativas que acuerdan el cese de funcionarios públicos en puestos de libre designación».

De ahí que la argumentación del Supremo pueda resultar válida para otros casos de ceses polémicos en la Guardia Civil durante la etapa del ministro Marlaska, denunciados por altos mandos y que han creado un enorme malestar en el Cuerpo. El más importante, el del coronel Diego Pérez de los Cobos, exjefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Madrid, cuyo recorrido administrativo y judicial es muy parecido al de Corbí. Su recurso está también en manos del Supremo, dado que fue destituido por idéntico motivo de «pérdida de confianza».

Corbí fue cesado después de que trascendiese un correo electrónico en el que señalaba que la UCO tenía problemas para operar porque no les estaban llegando los fondos reservados necesarios. Se da la circunstancia de que entre él y Marlaska existía una buena relación, también en el plano personal. Precisamente a esa relación se refería la primera sentencia del Juzgado Central de lo Contencioso número 3 que validó la decisión de Interior al señalar que la «pérdida de confianza» no tenía que ver con esa cercanía personal entre ambos. En su recurso, el coronel alegaba que su cese encubría una sanción y que se prescindió «total y absolutamente del procedimiento legalmente establecido«.

Sánchez Corbí fue y es un emblema en la lucha contra ETA. Hijo y nieto de guardias civiles, trabajó durante 25 años en el País Vasco y tuvo importantísimos cometidos en el Servicio de Información de la Guardia Civil. Como jefe de operaciones antiterroristas, lideró la liberación del funcionario de Prisiones José Ortega Lara así como la desarticulación de comandos sanguinarios como el Vizcaya. 

En 2013 se incorporó a la UCO y fue nombrado coronel jefe de la unidad de élite de investigación del Cuerpo en 2015. Bajo su mando, la UCO desarrolló operaciones contra la corrupción de enorme calado como la operación Púnica, Taula en 2015 o Lezo en 2017, con la detención del expresidente de la Comunidad de Madrid Ignacio González. Su rostro empezó a ser familiar gracias a la resolución de crímenes tan mediáticos como el de Diana Quer o el del pequeño Gabriel Cruz. Su cese fulminante en 2018 provocó críticas internas contra el ministro

En enero de 2019 el director general de la Guardia Civil, Félix Azón, lo destinó al Servicio de Protección y Seguridad (SEPROSE) en comisión de servicio, ya en pleno litigio con el Ministerio. Dos años después, el coronel, tras casi 35 años de servicio activo, dejó la Guardia Civil para dedicarse a al empresa privada. El mensaje a sus colaboradores fue claro: «Nunca dejaré de sentirme guardia civil».