Santiago Abascal exige al PP un giro en materia migratoria si quiere su apoyo en las regiones

En esta primera comparecencia de septiembre, tras la reunión del Comité de Acción Política del partido, Abascal ha protagonizado la habitual rueda de prensa en la madrileña calle de Bambú. Su presencia confería importancia al mensaje, así como el hecho de que estuviesen en la sala su secretario general, Ignacio Garriga, su portavoz en el Congreso, Pepa Millán, la senadora Paloma Gómez, el eurodiputado Hermann Tertsch y el diputado Ignacio Hoces. Una puesta en escena para dar lustre al arranque del curso.

«Los presupuestos, antes de apoyarlos, hay que leerlos. Tendríamos que ver si el PP ha aprendido la lección y ha cambiado su posición en materia migratoria. Si no ha cambiado nada, tendrá que llamar al PSOE», ha advertido Abascal, preguntado por la posibilidad de que ahora, con Vox ya fuera de los Gobiernos regionales que compartía con el PP, apoye las cuentas que presenten los populares en esas autonomías -Castilla y León, Comunidad Valenciana, Aragón, Extremadura y Región de Murcia-.

Precisamente, la inmigración fue el detonante que provocó la salida de Vox de los Ejecutivos autonómicos que mantenía con el PP, por la oposición de los de Abascal a acoger a menores extranjeros no acompañados procedentes de Canarias. La formación derechista defiende la inmediata devolución de todos los migrantes que lleguen a España de forma irregular, incluidos los menores de edad, y este fue el motivo de la ruptura con los populares. «En los Parlamentos regionales, suponemos que el PP tendrá que pactar con el Partido Socialista, con quien comparte objetivos», ha dicho Abascal, en su intervención inicial.

Después, ante nuevas preguntas de los medios, ha incidido en su mensaje: «Un sí [del PP] a la ley de extranjería tendría repercusiones en las regiones y sería muy difícil que pudiésemos aprobar un presupuesto». El líder de Vox se ha mostrado durísimo contra el Gobierno y contra Pedro Sánchez, como es costumbre, y ha reivindicado a su partido como la única oposición real, con su rechazo a las políticas socialistas en el Parlamento, la calle y los tribunales. Pero a ese férreo rechazo ha sumado sus críticas al PP, al que ve prácticamente «gobernando» con los socialistas.

Abascal ha echado en cara al PP que no cite a la mujer de Sánchez, Begoña Gómez, a la comisión de investigación en el Senado por la presunta corrupción del PSOE y del entorno del presidente; que se haya «repartido los jueces» en la renovación de los vocales del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) -donde eligieron diez los populares y diez los socialistas-; que haya aceptado la acogida de menores extranjeros en las comunidades donde gobierna; y que mantenga su coalición con los socialistas en Europa.

«¡Que dejen la oposición teatral y que gobiernen juntos como lo hacen en Bruselas! Son la gran estafa de la política española y un auténtico fraude al electorado. El PP y el PSOE van de la mano aunque hagan el paripé en el Congreso», ha continuado Abascal, intentando situar a su formación, una y otra vez, como la única que se enfrenta realmente a Sánchez. Sobre el cambio de posición del presidente respecto a la inmigración -terminó su gira africana defendiendo las devoluciones en caliente y tildando de «infierno» la inmigración irregular-, ha asegurado que no se lo cree y ha ironizado: «No sé si Sánchez creía que Vox era xenófobo y ahora el xenófobo es él». Septiembre empieza como se fue julio, con Vox apretando al Gobierno, sí, pero también atacando duramente al PP.