Sánchez calla ante las nuevas amenazas de Junts a los jueces, pero exhibe mano dura con el PP
El balance del presidente sobre la presidencia española de la Unión Europea torna en un nuevo choque nacional
En directo, comparecencias en el Congreso y sesión de control al Gobierno
Desde el 30 de junio, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tenía pendiente comparecer en el Congreso por el Consejo Europeo celebrado en esas fechas. Han pasado seis meses desde entonces y sobre su escritorio el jefe del Ejecutivo acumulaba otras ... dos citas ordinarias del órgano, la de octubre y la de la semana pasada, así como la cumbre extraordinaria celebrada con motivo de los atentados de Hamás en Israel, que significaron un recrudecimiento del conflicto en la franja de Gaza. La sesión, presuntamente internacional, ha derivado en un nuevo choque de política nacional en el que el líder socialista, como acostumbra, ha combinado su mano dura con la oposición con su mejor cortesía hacia sus socios.
En una comparecencia que se ha extendido durante casi cinco horas y media, se ha hablado de Europa y de la presidencia de turno que ha ejercido España este semestre, sí, pero también de la amnistía, de la supuesta guerra judicial, del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y de la reunión de este viernes, tras aceptar Sánchez las condiciones de Alberto Núñez Feijóo, entre presidente y líder de la oposición.
Ha sido Míriam Nogueras, la portavoz de Junts en el Congreso, quien de nuevo ha tensionado el hemiciclo al arremeter contra los jueces, convertidos en el centro de la diana del independentismo irredento. Sus críticas de la semana pasada, durante el pleno que debatió la toma en consideración de la ley de amnistía, motivaron que el presidente del Tribunal Supremo, Francisco Marín Castán, anulase una cita con el ministro de Justicia, Félix Bolaños. Este miércoles, ha persistido en sus ataques al acusar al presidente del CGPJ, Vicente Guilarte, de «injerencia judicial» por censurar sus expresiones.
«No son intocables, son jueces, aunque muchos hayan vivido como si lo fueran desde hace más de cuarenta años (...). Podemos decir que el independentismo ya no se queda solo hablando de 'lawfare' (...). Hasta el PSOE denuncia ya sin complejos la politización de la Justicia», ha clamado Nogueras. Durante las dos horas largas que ha hablado el presidente Sánchez, ni un reproche a sus nuevos aliados. Ni uno solo.
Sí ha reprendido a Núñez Feijóo sus supuestas malas formas –un dardo que incluso ha sorprendido a Santiago Abascal, que exige al líder del PP que vaya más allá– y le ha criticado por no ceñirse al orden del día y entrar en el terreno nacional, en el que el popular ha sacado a colación la amnistía, esa que Sánchez decía que era «inconstitucional», y el pacto con Bildu en Pamplona.
El presidente, sin embargo, ha sido el primero en cambiar de tema cuando, tras una primera parte de su discurso centrada en Europa, ha instado a Núñez Feijóo a abordar con él la renovación del CGPJ, la modificación del artículo 49 de la Constitución para eliminar el término 'disminuido' y la reforma del sistema de financiación autonómica. Lo ha hecho, eso sí, tras definir de «éxito» la presidencia de turno española del Consejo de la Unión Europea.
También en eso ha brillado el contraste entre el triunfalismo del presidente y el catastrofismo de la oposición, en dos lecturas tan antagónicas como incompatibles. Núñez Feijóo ha tachado de «decepcionante» el mandato español y ha dicho que ha sido «el más caro de la historia», con un gasto de 160 millones de euros. Sánchez, en la réplica, le ha criticado por no hablar de Europa y él ha contrarrestado con ironía, al cargar contra las «dos horas y media» que había hablado para atacarlo, en la «comparecencia del líder de la oposición».
Varios silencios
El líder del PP ha lamentado que no se haya cerrado el acuerdo entre la Unión Europea (UE) y Mercosur –bloque económico de América del Sur–, que no trajese a debate al Parlamento las ayudas a Ucrania por la invasión rusa por temor a que sus socios le diesen la espalda, y que girase unilateralmente la posición de España respecto al Sahara. Silencio de Sánchez en esto último. Abascal, que ha aprovechado para cargar contra su homólogo del PP por aceptar reunirse con el presidente, le ha reprochado que le aplauda Hamás –tras las palabras de Sánchez contra la respuesta bélica de Israel–, su mutismo sobre los atentados yihadistas en Europa y su relación con Marruecos. Tampoco ha mencionado el presidente qué hará el PSOE a la hora de la verdad sobre despenalizar las injurias a la Corona.
Sánchez, por contra, ha reivindicado los ejes de la presidencia española: la reindustrialización, la transición ecológica, la «justicia social» y el «refuerzo de la unidad europea». Como ya ha hecho en otras ocasiones, se ha comprometido a trabajar en el reconocimiento del Estado de Palestina y ha criticado por igual los ataques de Hamás, los rehenes capturados y los asesinatos de civiles en Gaza. Esa posición ya le ha costado una crisis diplomática con el Gobierno de Israel, pero la líder de Podemos, Ione Belarra, en el Grupo Mixto, le ha pedido «acciones concretas».
Entre los hitos bajo presidencia española, Sánchez ha destacado el pacto sobre migraciones y asilo alcanzado este miércoles, el inicio de los trámites para la adhesión a la UE de Ucrania y Moldavia y la primera ley de inteligencia artificial aprobada en el mundo.