Sánchez avasalla a Tamames con su discurso más largo ante su enérgica protesta
El presidente modera el tono con el candidato, pero reitera sus ataques a Vox y el PP
El economista dice que toda la oposición debería haber presentado una moción de censura cuando se propuso la derogación de la sedición
Tamames, a Sánchez: «Hay que tener muy mala idea para nombrar a Blas Piñar, no lo conoce nadie»
El debate, en directo
Pedro Sánchez ha rebajado el tono en la réplica al candidato de la moción de censura, Ramón Tamames, tras el bronco debate con Santiago Abascal, aunque ha reiterado sus ataques a Vox y al Partido Popular (PP). El presidente del Gobierno ... ha comenzado agradeciéndole al catedrático de economía el tono de su discurso, la aportación en el mismo de «ideas» y la ausencia en el mismo de «insultos», aunque enseguida le ha reprochado su mera presencia en el hemiciclo.
«No ha sido la mejor idea de su vida», le ha espetado, antes de acusarle de haber llegado al Congreso de la mano de los «herederos de Blas Piñar», una alusión al líder de la ultraderechista Fuerza Nueva que ha provocado una sonora ovación de la bancada de la izquierda.
En su réplica, Tamames le ha dicho que actualmente casi ningún español conoce hoy el nombre de Blas Piñar, por lo que a su juicio «alguien con muy mala idea le ha recomendado ese nombre». «No me ha gustado usted ahí, señor Sánchez», le ha dicho el candidato, para quien, por el contrario, mucha gente sí conoce al socialista Francisco Largo Caballero, de quien ha dicho que fue «uno de los responsables de la Guerra Civil», citando para ello al hispanista Raymond Carr.
Previamente, el jefe del Ejecutivo le ha reprochado estar «blanqueado» a la «ultraderecha» con su presencia como candidato de la sexta moción de censura de la democracia. A un partido, ha asegurado, «que rechaza la igualdad entre hombres y mujeres», que «niega la evidencia científica del cambio climático», que «coqueteó con los antivacunas», que «criminaliza la inmigración» y que «propone ilegalizar partidos cuyas ideas no coinciden con las suyas». «Le sonará», le ha apostillado, en clara alusión a su pasado en la clandestinidad contra Francisco Franco, que el mismo candidato ha recordado al inicio de su discurso.
De la mano de Fuerza Nueva
Y remitiéndose a su primera etapa como diputado del Partido Comunista de España (PCE) en las Cortes Constituyentes, le ha dicho que ahora llega de la mano de Fuerza Nueva y no del Centro Democrático Social (CDS), «el partido al que usted migró», ni de la Alianza Popular (AP) de Manuel Fraga, al que ha citado expresamente junto, ha dicho, a «los otros seis exministros de la dictadura que fundaron el Partido Popular». «Vox no es un partido más, lo saben bien en Europa, Vox es otra cosa», ha concluido Sánchez.
Ha sido el discurso más largo de la sesión inicial de la moción de censura (de casi una hora y media), que Tamames ha interrumpido en un momento determinado, acusando a Sánchez de «traer un tocho», algo que ha censurado la presidenta del Congreso, la socialista Meritxell Batet, quien le ha recordado que la intervención del presidente, sin límite de tiempo al igual que el del candidato, «no se puede interrumpir».
Sánchez ha realizado una réplica preparada sobre el discurso publicado la semana pasada por 'eldiario.es', dado que ha aludido a cuestiones que el candidato no ha pronunciado en el escaño, desde donde ha intervenido sentado, como la expresión «autocracia absorbente» o la reivindicación de un adelanto electoral, que sí ha hecho Abascal y después él en la contrarréplica.
Un largo discurso, el de Sánchez, centrado muy específicamente en el ámbito económico y en el que ha ensalzado la gestión de su Gobierno y ha enmendado los postulados del veterano exdiputado. «Debería utilizar los datos de manera rigurosa, y debería saber que los fijos discontinuos son una metodología aceptada tanto por Eurostat como por el Instituto Nacional de Estadística», le ha espetado, tras referirse a ese conteo el candidato.
El presidente del Gobierno ha asegurado que Tamames no es, como se ha comentado en las últimas semanas, el candidato idóneo de Vox, sino que por el contrario, ha dicho, tendría más cabida en el PP por, ha dicho, su defensa de los «recortes» y de lo que ha vuelto a definir como las «políticas neoliberales» del Gobierno de Mariano Rajoy, contra el que ha arremetido con sarcasmo por su política internacional. «El señor Rajoy no solo tenía un problema de lengua [en alusión velada a su falta de conocimiento del inglés] sino de comunicación», ha señalado, ya que, a su juicio, aquel Ejecutivo no tuvo ninguna influencia en las instituciones de la Unión Europea (UE).
Un discurso sin sorpresas
El discurso de Tamames apenas ha ofrecido sorpresas respecto a la versión ya publicada. Apenas ha introducido como novedad «corrupciones de última hora», en alusión al Tito Berni y al caso Mediador, y ha acusado al Gobierno de valerse de sus alianzas parlamentarias para impedir la constitución de una comisión de investigación en el Congreso. «Están tratando de encubrir algo que ha sucedido en esta propia cámara. Es la primera vez que ocurre que tengan aquí, en sus despachos, sus oficinas para cometer ilegalidades», ha lamentado el candidato.
Pero sus críticas han cobrado un énfasis especial cuando ha arremetido contra los socios del «Gobierno Frankenstein» —expresión acuñada por el exvicepresidente socialista Alfredo Pérez Rubalcaba, fallecido en 2019— que gozan, ha dicho, de una «sobrerrepresentación» por la ley electoral de 1977, «anterior a la democracia». «La autodeterminación no existe porque la discutimos a lo largo del debate parlamentario y se echó abajo», ha clamado, aplaudido por la bancada de Vox.
Tamames también le ha echado en cara a Sánchez que, según él, el Gobierno de coalición «no respeta la separación de poderes». «Montesquieu es un visitante molesto. Se ha visto con el Consejo General del Poder Judicial», ha apuntado, y ha cargado sobre todo contra la reforma exprés del Código Penal que suprimió el delito de sedición y rebajó las penas contempladas en el de malversación; los dos tipos por los que fueron condenados los líderes del 'procés', algunos de los cuales, los de ERC, ahora son aliados indispensables de PSOE y Unidas Podemos. También ha criticado «las concesiones a los herederos de Batasuna y de ETA», en referencia a EH Bildu.
Mensaje a la oposición
«Cuando se propuso la reforma del Código Penal, debió presentar una moción de censura toda la oposición», ha señalado Tamames —entonces la pidió Inés Arrimadas (Ciudadanos) y después Abascal anunció que si el PP no lo hacía, buscaría un candidato independiente para encabezarla—. También ha censurado la Ley de Memoria Democrática, la 'ley del solo sí es sí', la política exterior de Sánchez —con especial mención a su trato con Marruecos y el histórico cambio de posición respecto al Sahara Occidental—, el «abuso» de los reales decretos leyes y el escaso liderazgo de la Unión Europea en la guerra en Ucrania.
Ya tras escuchar a Sánchez, tras su primer intento de queja frustrado, Tamames se ha desquitado con la duración de la intervención del presidente: «¡Una hora y cuarenta minutos!», ha exclamado, en una corta contrarréplica de menos de quince minutos. Aun así, le ha dado tiempo a enumerar los asuntos 'olvidados' por Sánchez en su largo discurso, en el que no ha mencionado la sedición ni la malversación. «Pienso que esta sesión será útil porque probablemente tengan que cambiar el reglamento de la Cámara y poner tiempos. No se puede dar lecciones sobre lo que no hemos pedido que se informe», ha ironizado Tamames.
En respuesta a los ataques de Sánchez a Vox, «la ultraderecha», Tamames ha contrapuesto que el Grupo Parlamentario Socialista ha protagonizado un «levantamiento de la sedición» para «satisfacer a amigos». «Eso no se ha hecho ni en Polonia ni en Hungría», ha asestado. También ha reprochado al jefe del Ejecutivo que no haya aclarado por qué España pasó, por decisión unilateral suya, de pedir un referéndum de autodeterminación en el Sahara a aceptar la propuesta de autonomía dentro de Marruecos propuesta por este último país. «Las elecciones generales, si no se acepta la propuesta de la moción de censura, serán en diciembre. Vamos a ver qué pasa», ha concluido, dando por zanjado su careo con Sánchez.