Sánchez elude contestar si consensuará con Feijóo la presidencia española de la UE en su presentación

Durante el acto, celebrado en el Salón Barceló del complejo presidencial, reservado para las grandes ocasiones, y a preguntas de la prensa nacional e internacional, el jefe del Ejecutivo ha eludido contestar si tiene previsto establecer algún tipo de diálogo o coordinación con el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, quien podría terminar ocupando esa presidencia si obtiene una mayoría de gobierno en las elecciones generales del próximo 23 de julio.

El propio Feijóo se viene quejando recurrentemente de falta de información por parte del Ejecutivo, e incluso ha llegado a afirmar que tiene más datos de la presidencia de Suecia que termina este mes de junio.

Sobre la eventualidad de un relevo en la Presidencia del Gobierno en medio del semestre de presidencia que comienza el mes que viene, y de la celebración en ese mismo periodo de los comicios a las Cortes Generales, Sánchez ha asegurado que «la democracia nunca es un problema» y ha precisado que «no es la primera vez que en Europa, durante una presidencia rotatoria, se celebran elecciones durante esa presidencia, y con cambios de gobierno también. Es importante subrayar lo que hemos venido subrayando durante todo este tiempo, que este es un trabajo que hemos realizado desde hace más de un año, y en el que han participado todos los operadores, tanto institucionales, como sociales y políticos», ha aseverado.

Sánchez aludía así, entre otros, a la comisión mixta del Congreso y el Senado para esa presidencia que durante el segundo semestre del año ocupará nuestro país, algo que no sucedía (por el mero efecto de la rotación entre todos los socios comunitarios) desde el año 2010, con José Luis Rodríguez Zapatero como jefe del Ejecutivo.

El líder del PSOE ha especificado que ante ese órgano parlamentario, «no sólo han comparecido los ministros y ministras», sino que incluso se elaboró allí una ponencia «con los objetivos y con las prioridades que manjeríamos desde la política española, y también desde las instituciones españolas ante esa presidencia de la Unión Europea». Todo ello, a su juicio, hace que «esté garantizada», la interlocución con «los actores políticos e institucionales».

Preguntado más en concreto por si existe un protocolo específico para traspasar eventualmente a Feijóo lo relativo a la presidencia española, Sánchez, eludiendo incluso mencionar expresamente al líder del Partido Popular (PP), ha aleccionado a los informadores: «Tienen también que entender que la presidencia rotatoria del Consejo de la Unión Europea sitúa a España como un actor de construcción de puentes para tratar de sacar adelante expedientes que ya están en marcha. No que imponemos desde España, sino que ya están en tramitación en Europa. Desde el pacto de inmigración y asilo, hasta todo lo que tiene que ver con las plataformas digitales y los derechos de los trabajadores, y hasta infinidad de expedientes en los cuáles yo creo que, desde España, pues se tiene que dar ese imulso para poder cerrarlos cuantos antes en este segundo semestre del año. Insisto: nuestro papel como presidencia rotatoria del Consejo de la Unión Europea no es imponer expedientes, ni debates, sino orientar esos debates y esos expedientes ya existentes para que lleguen a buen puerto», ha concluido.

Preguntado también por los acuerdos del PP y Vox, que han comenzado en la Comunidad Valenciana pero podrían extenderse a otros territorios, Sánchez ha dicho, aludiendo a la resolución conocida este miércoles de la Junta Electoral Central (JEC), que no podía hablar en ese contexto de asuntos de «política doméstica», si bien ha aludido veladamente a los de Santiago Abascal como una fuerza a su juicio «antieuropeísta», y ha dicho que «la mayor representación» de ese tipo de formaciones «es una mala noticia en el conjunto de la Unión Europea», dado que según su análisis, «si algo hemos aprendido, primero con la pandemia y luego con la guerra [en Ucrania] es que lo que tenemos que hacer, para ser más fuertes, es unirnos».

Una cuestión, esta última, recogida en la cuarta de las prioridades para la presencia española presentadas durante su intervención, la de «reformar la unidad europea». La otras tres, por este orden, son la reindustralización del continente y el refuerzo de su «autonomía estratégica», la transición ecológica y la «consolidación del pilar social» de la UE.

Desgranando esas prioridades, Sánchez ha puesto énfasis en el ámbito fiscal para «reformar nuestro Estado del bienestar» por la vía de «fortalecer las bases de recursos que sustentan nuestro Estado del bienestar, por tanto hablar de justicia fiscal, acabando de una vez por todas con todas esas vías de elusión fisval, de evasión fiscal de las grandes fortunas y también de las grandes corporaciones globales».

Algo que según ha señalado le cuesta a Europa, cada año, un punto y medio de su PIB. «La pregunta que nos tenemos que hacer es cómo podemos pedir a nuestros ciudadanos que paguen sus impuestos, si muchas de estas grandes corporaciones no lo hacen. Y por lo tanto la presidencia española va a fijarse como objetivo trabajar para acabar con esta injusticia, e impulsar la fijación de unos estándares mínimos de tributación empresarial en todos los estados miembros, en particular en el ambito digital», ha concluido.

Al acto en el complejo presidencial ha asistitdo una nutrida representación de los embajadores de los países miembros, así como una destacada representación del Gobierno, con las vicepresidentas segunda y tercera: Yolanda Díaz y Teresa Ribera, el titular de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, y el de la Presidencia, Félix Bolaños.