Sánchez rectifica en 24 horas y debatirá con Feijóo en el Senado
El Gobierno registra la comparecencia después de que la portavoz del PSOE negase un pleno extraordinario
El Ejecutivo dice que «se hablará de todo» aunque el enunciado se limita al ahorro energético y sus consecuencias
Lunes, minutos después de la una del mediodía. La portavoz del PSOE, la ministra Pilar Alegría, asegura en la rueda de prensa posterior a la Ejecutiva Federal, presidida por Pedro Sánchez, que si Alberto Núñez Feijóo pretende debatir con el presidente del Gobierno en ... el Senado, como había manifestado, «tendrá la oportunidad, en la próxima sesión de control». Es decir, le remite al pleno ordinario, al que el jefe del Ejecutivo acude de manera mensual, y cierra la puerta a un debate de mayor envergadura. Martes, apenas 24 horas después. La portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, comunica a los medios de comunicación, después de la reunión semanal del Consejo de Ministros, que «el presidente del Gobierno solicita su comparecencia, en el pleno del Senado, para informar del plan de ahorro y gestión energética y su perspectiva territorial, así como el debate económico y social del mismo».
Sánchez rectificó así ayer, por la vía de los hechos, y terminó aceptando un pleno en la Cámara Alta, el único lugar en el que puede intervenir el líder de la oposición, quien en el pasado debate sobre el estado de la nación, celebrado en julio en el Congreso de los Diputados, asistió como convidado de piedra, ya que su condición de senador le permite ocupar un escaño en la Cámara Baja, pero sin poder ejercer el turno de palabra. Sin embargo, fuentes del Gobierno niegan que exista ese cambio de opinión, pese a las palabras de Pilar Alegría (ministra de Educación, además de portavoz de la dirección socialista) del lunes. «En la Ejecutiva no se habló del asunto» aseguran varios de los asistentes a la primera reunión de la cúpula socialista después de las vacaciones. «Siempre hemos estado a favor de debatir» señala otra fuente de Moncloa, donde cunde la sensación de que «es Feijóo quien no tiene ninguna intención de debatir» dado que, aseguran, «tiene que improvisar una propuesta. No tienen nada mínimamente hilvanado». El Ejecutivo entiende que se trata de una convocatoria abierta, por lo que el próximo martes por la tarde se «hablará de todo». El enunciado registrado ayer mismo en el Senado se limita, en cambio, y en línea con las palabras de la portavoz, al decreto con las medidas de ahorro energético y de ayuda al transporte, convalidado la semana pasada con el voto en contra del Grupo Popular.
Fuentes del Gobierno subrayan también la idoneidad del Senado para ese debate, dado, argumentan, su carácter de cámara de representación territorial, y dado que corresponde a las comunidades autónomas la vigilancia y el cumplimiento de muchas de las medidas que ya han entrado en vigor, singularmente las de la regulación del aire acondicionado y la calefacción, el aspecto más visible del plan gubernamental, junto a la gratuidad en los trenes de cercanías que entrará en vigor mañana, primero de septiembre. Precisamente Feijóo es senador por designación del Parlamento de Galicia, tras abandonar la presidencia de la Xunta este año y recalar como nuevo presidente del Partido Popular (PP), tras la abrupta salida de Pablo Casado.
«Perspectiva territorial»
La «perspectiva territorial» de la que habla la petición de comparecencia de Sánchez registrada augura un debate en el que el secretario general del PSOE, a buen seguro, sacará a relucir, y le echará en cara a Feijóo, los distintos discursos de los barones del PP con respeto al decreto de marras. Pues si bien todos, en línea con la dirección nacional de Génova, se han mostrado críticos con el mismo, ha sido la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, la que ha ido un paso más allá, con el anuncio de un recurso ante el Tribunal Constitucional (TC) del decreto, por considerar que invade las competencias de comercio delegadas en los gobiernos regionales. Sánchez ahondará en ese aspecto y en los llamamientos hechos por la propia Ayuso a la desobediencia de determinadas medidas que otros colegas suyos, como el andaluz Juan Manuel Moreno, no han compartido.
En el Gobierno se muestran confiados en haber cogido al líder de la oposición «a contrapié», dado que ahora tiene una semana para preparar el debate, y en poder ahondar en lo que consideran «contradicciones» y «disonancias» tanto en su discurso como en el de todo el PP. En ese sentido, la pauta la marcó el pasado domingo el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, quien antes de que la ministra Alegría introdujese un elemento de confusión en su rueda de prensa del lunes, afirmó de manera genérica el pasado domingo que el Gobierno estaba dispuesto «siempre» a debatir y tiró de sarcasmo para minusvalorar el perfil de Feijóo, incidiendo en que había dado datos erróneos sobre el crecimiento económico o que, como también ha dicho recientemente el propio Sánchez, llegó a asegurar que no conocía a ningún beneficiario de los fondos europeos en un acto celebrado en la sede de una empresa que sí los había recibido.
La estrategia indisimulada de Moncloa, como se ha vislumbrado también durante todo el verano en las declaraciones de diversos dirigentes del Gobierno y del PSOE, es dibujar a Feijóo como un líder «insolvente» y no preparado para gobernar España, algo que según las encuestas de los últimos meses tendría muchas posibilidades de hacer después de las elecciones generales del año que viene. «España le viene» grande, han repetido en agosto los socialistas, en clara alusión a su papel anterior como presidente autonómico.
Será el próximo martes cuando Sánchez y Feijóo celebren su primer debate parlamentario propiamente dicho, con tiempo de réplicas y dúplicas, más allá del encorsetado formato de la sesión de control, que apenas permite cinco minutos de intervención por orador, y que de momento solo se ha celebrado en una ocasión entre ambos, el pasado siete de junio.
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