Una resaca trágica: tres de los cinco desaparecidos estaban de juerga en la playa

¿Qué había sucedido? La respuesta se fue conociendo en una doble vía. Por una parte, la de los bomberos que a primeras horas de la mañana habían revisado ya los dos locales afectados -el tercero, el Garden, no sufrió daños salvo los provocados por el humo- y no habían encontrado más cuerpos. A las siete y media de la mañana se conoció una nueva noticia que aclaraba más la situación: tres de los «desaparecidos» acababan de ser localizados en la playa de Calblanque, donde habían seguido la juerga después de haber tomado unas copas en la discoteca La Fonda. Se despreocuparon de los móviles y por eso no atendieron las llamadas. Ni siquiera está claro que se hubieran enterado la tragedia…

Las familias y los amigos habían vivido todas esas horas con una angustia total, devastadora. Pensaban que ellos también se habían quedado atrapados en el fuego mortal. Tras el susto, el alivio total… Y probablemente una lección aprendida.

A las ocho de la tarde del domingo se vivió una situación similar en la sala del Palacio de los Deportes habilitada para las familias de las personas que estaban en paradero desconocido. A esa hora, el presidente de Murcia, Fernando López Miras, atendía a los allegados. Muchos lloraban desconsolados; otros, simplemente, guardaban silencio con la mirada perdida. Entre ellos, unos padres que no sabían nada de su hija. De pronto, una chica se fue abriendo paso… era la «desaparecida», que había prolongado la noche con su novio y continuado luego el día con él hasta esa hora.

El baile de cifras, en una situación como la que se vivió en la madrugada del domingo, era lógica. Muchos padres que vieron que sus hijos no llegaban a casa se pusieron en lo peor y denunciaron. Solo el paso de las horas comenzó a poner las cosas en su sitio.

Quienes por desgracia no se equivocaron fueron las cuatro familias de Calatrava que se desplazaron a Murcia a primeras horas de la tarde ante la falta de noticias de sus allegados. A estas horas permanecen en un hotel donde son atendidos por los servicios sociales del Ayuntamiento. El resto de afectados prefirieron ir a descansar a sus casas, a las que llegaron a medianoche tras horas de angustia esperando noticias sobre sus seres queridos.

El trato con las familias se ha cuidado hasta el extremo. A cada una se le ha asignado una persona que es la que les orienta en unos trámites que son necesarios pero muy dolorosos. Se les ha distribuido unas fichas en las que deben hacer constar todos los datos físicos de sus seres queridos que puedan servir para su identificación. Asimismo se les ha explicado dónde y cómo tienen que guardar los efectos de los desparecidos en los que se pueden encontrar restos biológicos…

En total, los servicios sociales han atendido a 70 personas, en la intervención más dolorosa que recuerdan. Las víctimas mortales tienen entre 25 y 40 años de edad, pero la mayor parte de ellas están más cerca de la primera. Se trataba de trabajadores, de gente que luchaba cada día por salir adelante, que habían conseguido ya los papeles y superado la miseria de sus países… Y de pronto, todo su universo se rompió en mil pedazos. Esa es la situación con la que se encuentran los trabajadores sociales del Ayuntamiento y no es extraño por tanto que también ellos estén afectados.

Mientras tanto, los bomberos seguían con su trabajo paciente sobre los locales siniestrados. El oficial de bomberos que dirige las operaciones ha explicado que se habían cuadriculado la superficie de los locales, partiendo desde el punto donde se encontraban los cadáveres: el extremo norte de la primera planta. Ese trabajo está muy avanzado y no se han encontrado más cuerpos hasta ahora, pero hay que insistir en que una persona aún está desaparecida. De los cinco incialmente no localizados, además de los tres que se encontraban en la playa, un cuarto ha aparecido en buen estado.

El oficial ha explicado cómo fue la intervención. Cuando llegaron las primeras dotaciones el fuego estaba completamente extendido y la temperatura en el interior de los locales resultaba insoportable. A pesar de ello, y del peligro del colapso del inmueble, dos equipos entraron y pudieron sacar a algunas personas atrapadas. Llegaron al límite de la resistencia física y cuando salieron se derrumbaron en la calle, exhaustos. Literalmente, se jugaron la vida.

El ataque al fuego se tuvo que realizar desde el exterior y fue necesario romper algunos tabiques para acceder a algunas dependencias. También los bomberos han apuntalado el edificio para poder trabajar sin peligro de derrumbe.

La mayor carga de fuego estuvo en La Fonda, pero no quiere decir que el primer foco de las llamas estuvieran allí. Eso solo lo podrá determinar la investigación de los agentes de Policía Científica especialistas en este tipo de siniestros. Lo más probable es que fuera un fuego de origen eléctrico y no se descarta que estuviera latente un tiempo sin que nadie lo advirtiera. Pero hay que insistir. Son solo hipótesis, porque los especialistas no han podido acceder todavía a los locales siniestrados.

El juez instructor, mientras tanto, ha decretado el secreto de sumario, así que los datos de la investigación se van a conocer con cuentagotas. Las identificaciones de los cuerpos las hace un equipo especializado de la Comisaría General de Policía Científica desplazado desde Madrid que ha comenzado a trabajar a primeras horas de la mañana. Por el momento, son cuatro las víctimas identificadas a través de sus huellas dactilares.

Las familias conocerán las identificaciones a medida que se produzcan, pero puede pasar aún bastante tiempo para ello. Se quiere ir lo más rápido posible para acortar el calvario de los allegados, pero se va a ser muy escrupuloso con los procedimientos.

Mientras, el Ayuntamiento recopila toda la información disponible de los locales, situados en una zona de ocio venida a menos en la que se han producido algunos incidentes. Hoy mismo, según el alcalde, José Ballesta, se dará a conocer esa información. Ballesta ha sido claro: «Llegaremos hasta el final».