El recurso de Sánchez que ya usaron Bolsonaro o Netanyahu: los enemigos son los jueces
El comentario de Sánchez de que hay «jueces haciendo política» por los casos de su mujer y su hermano recuerda a las soflamas de algunos líderes populistas
Sánchez acusa a los jueces de «hacer política» con su familia y «no cumplir con la ley»
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Iniciar sesiónEl presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, siempre ha defendido la inocencia de sus familiares más cercanos. Su mujer, Begoña Gómez, está investigada de cinco delitos (tráfico de influencias, corrupción en los negocios, apropiación indebida, intrusismo profesional y malversación) que podrían llegar a sumar, en ... el peor de los escenarios, 17 años de cárcel. Por su parte, David Sánchez está procesado de tráfico de influencias y prevaricación por su contratación en la Diputación de Badajoz para un puesto de coordinación de los centros musicales de la provincia. Dos investigaciones, llevadas a cabo por los jueces Juan Carlos Peinado y Beatriz Biedma, que han soliviantado al jefe del Ejecutivo. Tanto, que en la entrevista en TVE de la noche del lunes, aseguró que «hay jueces haciendo política y políticos haciendo justicia».
Un ataque en toda regla a dos magistrados, que sorprendió tanto a los socios (Junts celebró que «por fin» se haya dado cuenta el presidente de que existe 'lawfare' en España) como de los rivales políticos. La portavoz popular en el Congreso, Ester Muñoz, aseguró que lo verbalizado por el jefe del Ejecutivo es una «desfachatez absoluta». Unas declaraciones que a Muñoz le recordaban al presidente estadounidense Donald Trump.
Bien en conferencias de prensa bien a través de las redes sociales, al inquilino de la Casa Blanca no le cuesta hablar sin pelos en la lengua de cualquier tema y meterse contra amigos y sobre todo enemigos, un colectivo de amplio espectro. Una de sus dianas favoritas es el colectivo judicial, tanto miembros de la magistratura como de la Fiscalía. «Expondremos, y mucho, sus atroces crímenes y su mala conducta. Nunca se ha visto nada igual», esgrimió el presidente de Estados Unidos sobre los miembros del Ministerio Público, nombrados por la Administración Biden, que le investigaron. Actuaron, según indicó en marzo, «partidistas y corruptos».
«Los jueces aplicamos la ley también cuando el presunto delincuente es de la familia del presidente»
Nati VillanuevaLas asociaciones de jueces y fiscales ven «grave», «inaceptable» y «populista» la injerencia de Sánchez en el Poder Judicial
Trump tampoco encaja bien los reveses judiciales. «Tenemos jueces fuera de control que están destruyendo nuestro país», dijo cuando una sentencia le obligó a pagar unas subvenciones. Su número dos, JD Vance, es igual de elocuente que su jefe. «Si un juez intentara decirle a un general cómo llevar a cabo una operación militar, eso sería ilegal», esgrimió en las redes tras unas decisiones contrarias de los tribunales federales.
Con Bolsonaro
Las peroratas de Trump cruzan fronteras, saliendo en defensa de sus aliados como el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu o el expresidente brasileño Jair Bolsonaro, cuyo juicio por cinco delitos contra el orden democrático comenzó ayer. «Vigilaré muy de cerca la caza contra Bolsonaro, su familia y sus miles de seguidores», escribió. También en América del Sur, un presidente ha tenido problemas por sus excesos verbales. En Colombia, el izquierdista Gustavo Petro calificó de «fiscal subordinado de la mafia» a Mario Burgos, el responsable del Ministerio Público que llevó a la cárcel a Nicolás, hijo del mandatario, dentro de una investigación. La Justicia ha obligado al presidente colombiano a retractarse.
Otro dirigente enfrentado con la Justicia es Netanyahu. Su reforma judicial fue muy criticada tanto por la oposición como en la calle. «En Estados Unidos y en Israel, cuando un líder fuerte de derechas gana unas elecciones, las cloacas del Estado izquierdistas instrumentalizan el sistema judicial para frustrar la voluntad del pueblo. No ganarán en ninguno de estos lugares», publicó en sus redes en marzo.
En Francia, Marine Le Pen no dudó en acusar al Estado de su condena por malversación de fondos europeos y que la inhabilita para cualquier cargo público los próximos cinco años. «Es una bomba nuclear lanzada por el sistema porque estábamos a punto de ganar las elecciones. No permitiremos que a los franceses les roben las elecciones presidenciales», dijo la expresidenta de Reagrupación Nacional (RN).
Su socio en Patriots, el húngaro Víktor Orban también es muy crítico con las sentencias, con especial inquina por aquellas que vienen de los «burócratas» de Bruselas. Dejó claro su desdén por la Justicia con el caso de Milorad Dodik. El líder serbobosnio fue condenado este año a un año de cárcel por desobedecer las decisiones del Alto Representante Internacional de Bosnia. «¡Nada puede estar por encima de la voluntad del pueblo!», dijo entonces Orban.
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