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movimiento 15m

La Policía cierra Sol y los 'indignados' colapsan Madrid

A petición de la Delegación del Gobierno, el metro no para en la Plaza Madrileña para minimizar la asistencia a la marcha en protesta por el desalojo policial del campamento

MATEO BALÍN

La Policía Nacional impidió este martes el acceso a la Puerta del Sol de Madrid a cientos de ‘indignados’ que protestaron por los desalojos en el Paseo del Prado y en el ‘kilómetro cero’, centro neurálgico de las concentraciones del movimiento 15-M. Desde primera hora de la tarde, decenas de agentes blindaron el acceso a la plaza por todas sus calles y prohibieron la presencia de personas, después de que la Delegación del Gobierno autorizara el dispositivo policial. Horas antes, un importante operativo de limpieza, protegido por los antidisturbios, procedió a desmantelar los últimos vestigios del 15-M en Sol. Algunos acampados denunciaron la actuación desproporcionada de la policía.

Al cierre de esta crónica, cientos de ‘indignados’ se concentraban en las calles aledañas al ‘kilómetro cero’, ya que la policía restringía el acceso a la plaza, donde tenían previsto realizarse una concentración a las 20:00 horas en repulsa por los desalojos de la madrugada. Los manifestantes coreaban consignas como “vergüenza, vergüenza”, “democracia secuestrada”, “que no, que no, que no tenemos miedo” o “lo llaman democracia y no lo es”. Una estampa que hizo revivir las grandes manifestaciones que tuvieron lugar en Sol antes de las elecciones del 22 de mayo. Aunque esta vez fuera del recinto público.

Decenas de agentes se apostaron a primera hora de la tarde en la plaza después de que los ‘indignados’ convocasen un “paseo pacífico” por las redes sociales. Los policías, primero, pidieron la documentación a algunos viandantes e impidieron el acceso a otros, algunos de ellos periodistas que se identificaron. Sin embargo, a medida que se acercaba más y más ciudadanos los agentes decidieron cortar los accesos y desalojar a las personas que se encontraban en su interior.

La situación provocó escenas de tensión y algún empujón, incluso varias personas que llevaron a cabo una sentada junto a la calle Montera, en las proximidades de Sol, también la disolvieron. Los ‘indignados’, muy enojados, recordaron su derecho a estar en la vía pública y pidieron identificarse a algunos agentes que hicieron caso omiso.

Conforme anocheció, varios grupos de manifestantes decidieron continuar con las protestas en la plaza de Callao y otros se fueron a la plaza de Cibeles y el Congreso. Sobre las 23.00 horas, decenas de manifestantes intentaron regresar a la Puerta del Sol por la calles Carretas y Carrera de San Jerónimo, pero fueron contenidos por el cordón policial que tuvo que emplear sus porras._Al cierre de esta edición, la protesta continuaba en las calles aledañas.

Cinco minutos

Las concentraciones de este martes se agitaron tras los desalojos de la madrugada. “Tenéis cinco minutos para recoger vuestras cosas y marcharos”. A las 6:30 horas de la mañana la voz de un policía despertó de su sueño a la treintena de ‘indignados’ que aún pernoctaban en Sol. Tras dos meses y medio de acampada, un centenar de operarios de limpieza, escoltados por policía local y nacional, comenzaron a desmontar los últimos vestigios del colectivo, entre ellos el punto de información que presidía el centro de la plaza.

El operativo fue autorizado por la Delegación del Gobierno, que también acordó levantar las tiendas de campaña que ‘indignados’ de todo el país plantaron en el paseo del Prado el pasado 23 de julio. La plataforma ‘acampada Sol’ informó que el desalojo fue tranquilo, aunque la policía apenas dio cinco minutos para recoger las cosas y salir. En esos momento había una treintena de personas que pasaron la noche entre el barracón, la cocina y el módulo de enfermería, mientras que el paseo del Prado acampaban unas sesenta personas de la ‘marcha popular indignada’, que partieron a finales de junio desde Galicia, Murcia, País Vasco, Cataluña, Andalucía, Extremadura y Valencia.

Durante toda la mañana, protegidos por un importante perímetro policial, un centenar de operarios de limpieza y 28 máquinas retiraron cerca de 27.000 kilos de material. Los ‘indignados’ criticaron que el desalojo se hubiera llevado a cabo de madrugada y en agosto para no llamar la atención, y recordaron que operaciones policiales de este tipo no hacen sino contagiar la indignación de más y más personas. Asimismo, consideraron que detrás de la decisión de la Delegación del Gobierno está la próxima visita que el papa Benedicto XVI realizará a Madrid con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud, que se desarrollará del 16 al 21 de agosto.

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