El PSOE constata la inoperancia de Yolanda Díaz en su propio espacio político tras el colapso de la legislatura en Cataluña
La vicepresidenta no pudo parar el NO de los comunes a los presupuestos
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Yolanda Díaz, este jueves en el Congreso
La vicepresidenta segunda del Gobierno y líder de Sumar, Yolanda Díaz, no jugó ningún papel para detener el No de los comunes a los presupuestos de Cataluña. Una decisión política de la rama catalana antes de Podemos y ahora de Sumar –aunque siempre con ... gran autonomía orgánica– que ha precipitado el adelanto electoral para el próximo 12 de mayo y ha sacudido de nuevo el tablero político, forzando a que Pedro Sánchez suspenda las negociaciones de los Presupuestos Generales del Estado, que quedarán definitivamente prorrogados hasta el año que viene. No lo jugó o, lo que es peor desde la perspectiva del Gobierno de coalición, no lo pudo jugar.
Interrogados sobre si la número 3 del Ejecutivo y titular de la cartera de Trabajo realizó gestiones para detener la decisión de la formación liderada por Jessica Albiach, la misma a la que pertenece la exalcaldesa de Barcelona, Ada Colau, fuentes de la parte socialista del Gabinete son claras. Incluso crudamente claras, pues por un lado admiten que no creen que existiesen esas gestiones y, por el otro, se preguntan en voz alta si en caso de haberse producido hubiesen servido para algo. Y la respuesta es que no.
Los socialistas han podido constatar así la inoperancia de Díaz en su propio espacio político, algo que la vicepresidenta incluso admitió en público el martes, horas antes de que se tumbasen los presupuestos autonómicos en el Parlament, cuando negó poder interferir en la decisión de los comunes dado, explicó, el carácter «plurinacional» y no «centralista», afinó, de su formación política, que este mismo mes celebrará su primera asamblea política.
Unas explicaciones, las ofrecidas por Díaz, que chocan en la cultura política de los socialistas, siempre orgullosos de su estructura federal, pero sin que ello menoscabe el fuerte poder que Ferraz ejerce en los territorios.
En Moncloa se considera una simple excusa el motivo esgrimido para rechazar el acuerdo presupuestario que ya habían alcanzado ERC y el PSC, en clara sintonía desde la salida de Junts per Catalunya de la Generalitat en el año 2022. Se trata del proyecto Hard Rock de megacasinos en Tarragona, al que los comunes ponen ahora objeciones de carácter ecológico –además de las de rechazo del juego y alerta sobre la ludopatía– cuando en ocasiones anteriores han votado a favor de su tramitación.
Pese a este tropiezo, la relación con el socio pequeño de coalición es llevadera, explican fuentes socialistas, sobre todo si se la compara con la que hubo con Unidas Podemos, hoy incluso escindido en el Congreso de Sumar, con asientos en el Grupo Mixto. Pero la vicepresidenta no ha podido sacar a su Gobierno de un apuro.