El PSOE, abatido: «Santos se ha ido. Pero el cráter es total»

La comparecencia de Pedro Sánchez en la sede del PSOE, en la calle Ferraz, no calmó los ánimos ni tranquilizó a los cuadros. La sensación extendida es que será muy difícil, casi imposible, continuar así. Que es una huida hacia adelante. El presidente trató de perimetrar la crisis al partido en exclusiva, insistiendo en que su Gobierno no se ve afectado -obvió que las adjudicaciones de obras públicas se hacían desde un ministerio- y, por tanto, la legislatura tampoco.

Igual que hizo el miércoles en la sesión de control, volvió a fijar el horizonte electoral en 2027, descartando que se plantee adelantar las generales. Incluso después del informe de la UCO en el que sus dos secretarios de Organización -los únicos dos hombres que han controlado el PSOE desde que él está al frente- aparecen en conversaciones repartiéndose mordidas a cambio de contratos públicos, Sánchez siguió defendiendo que quiere aguantar dos años más.

Los socios parlamentarios habituales fueron endureciendo su discurso según pasaban las horas. En la mañana del jueves, en el Congreso, pedían prudencia. Cada palabra estaba medida. Pero en cuanto empezó a conocerse el contenido del informe, demoledor para Cerdán, la cautela pasó a un segundo plano. En los grupos de la izquierda la preocupación es máxima por el mensaje de la corrupción. Y en el PP incrementan la presión al máximo, acusando de «cómplices» a los socios que sostienen al Gobierno si mantienen su apoyo. E incluso dieron un paso más este jueves por la tarde al no acudir al 40 aniversario de la adhesión de España a la Unión Europea en el Palacio Real, un acto que presidía Felipe VI y que estaba repleto de autoridades. El primer partido de la oposición se decantó por un plante nunca antes visto.

En cuanto a la moción de censura, los populares dan por hecho que no tendrán los apoyos . Aunque los socios expresen su rechazo a Sánchez, incluso si alguno escenificara una ruptura total -reflexionan en Génova- no darían el salto de hacer presidente a Alberto Núñez Feijóo. En el núcleo duro del PP descartan que el PNV pudiera hacer el camino inverso de 2018, cuando respaldaron una moción de censura que expulsó a Mariano Rajoy de la Moncloa para que Sánchez ocupara su lugar. También fue por la corrupción. Pero las relaciones del PP con los nacionalistas vascos están rotas. Nunca han sido peores. Y Junts, zanjan, «ni es fiable ni llegará tan lejos».

La otra reflexión de fondo en la que coinciden socialistas, y también la oposición, es que el informe de la UCO torpedea por completo la estrategia del Gobierno para esta legislatura, basada en una persecución contra el presidente en la que, en teoría, participan la derecha, parte de la judicatura y que amplifican los medios de comunicación. Los bulos, el fango, la 'UCO patriótica' y los jueces que supuestamente investigan sin indicios suficientes para hacer daño a Sánchez conforman el relato político del Ejecutivo prácticamente desde que Sánchez se tomó los cinco días de reflexión, hace más de un año, al trascender la investigación sobre Begoña Gómez en los juzgados.

El informe de la unidad de élite de la Guardia Civil, atribuyendo a Cerdán pagos de comisiones ilegales de 620.000 euros por obra pública junto a Ábalos y Koldo; y que expone indicios de amaño en las primarias del PSOE de 2014 que Sánchez ganó, echa por tierra las acusaciones lanzadas por miembros del Consejo de Ministros -incluso desde el Palacio de la Moncloa- y de los colaboradores más estrechos del presidente, que hace semanas advertían de que Santos estaba «limpio», negando que pudiera haber un informe contra él o reiterando que si lo había, serviría como «punto de inflexión» porque no sería grave.

Por todo esto, el 'shock' dentro del PSOE es absoluto. Este jueves será recordado ya como una de las fechas más negras para los socialistas. No podrán olvidarlo. Era una jornada en la que el Gobierno pensaba saborear un éxito parlamentario: la derrota de las enmiendas a la totalidad de PP y Vox en el Congreso contra la ley del ministro Félix Bolaños que modifica el acceso a la carrera judicial y fiscal. También de resaca positiva para el ministro José Manuel Albares tras su acuerdo sobre Gibraltar. Y, sin embargo, la sesión parlamentaria empezó con muchos nervios y terminó casi con un funeral. Político. El de Cerdán.

La imagen de soledad del número tres del PSOE había comenzado el día anterior, cuando Sánchez ya le negó el saludo. Pero este jueves, ni siquiera los equipos habituales de la Secretaría de Estado de Comunicación, del PSOE y del grupo parlamentario aparecieron por los pasillos. En mitad de la tormenta solo algunas personas de la total confianza de Cerdán se dejaron ver en mitad de la agitación periodística. El informe de la policía judicial aparecía en los teléfonos móviles de todos los diputados. Cerdán lo leía en su escaño sin dejar de mover las manos. Los titulares no paraban. Uno detrás de otro. Cada novedad, peor que la anterior. El segundo hombre fuerte que le estalla a Sánchez y que deja la legislatura en punto muerto.