comparecencia
Sánchez pide perdón, asegura que creyó hasta el final en la inocencia de Cerdán y descarta elecciones
El presidente comparece compungido en Ferraz, pide perdón y asegura que creyó hasta ayer en su número tres
Anuncia una auditoría, una nueva Ejecutiva y descarta adelantar elecciones culpando al PP de atacarle
Santos Cerdán dimite tras el demoledor informe de la UCO
Madrid
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Iniciar sesiónLa sede del PSOE en Ferraz, inaugurada como tal en 1982 en el edificio que un día fue la casa de Pablo Iglesias Posse, y en la que murió el fundador del partido a principios del siglo XX, se ha convertido en un lugar de ... sobresaltos en los últimos días. Una semana después de que la 'fontanera' Leire Díez acudiera a declarar ante el escándalo de sus escuchas, ayer fue el mismísimo Pedro Sánchez el que compareció en la sala de prensa, algo que no ocurría desde que era líder de la oposición la década pasada.
Lo hizo en traje oscuro y elegante, el mismo con el que poco después se presentó en el Palacio Real para el acto del cuarenta aniversario de la entrada en la Unión Europea. Con un gesto muy compungido y en un tono casi de confidencia ante una abarrotada sala de prensa, donde certificó el sacrificio de su ya ex número tres, Santos Cerdán, al que dijo haberle pedido la dimisión «con carácter inmediato».
«Como todos, tengo algunas virtudes y muchos defectos. Muchos defectos», remarcó, antes de lanzar la adversativa a su confesión: «Pero siempre he creído en la política de juego limpio, y en la regeneración democrática». Palabra de quien ha nombrado ya a dos secretarios de Organización en serios apuros judiciales, Cerdán y su antecesor José Luis Ábalos. Y de quien elogió en su libro de memorias al tercer personaje clave del escándalo, Koldo García, guardián de los avales de su candidatura a las primarias de 2017, cuando recuperó la secretaría general frente a Susana Díaz.
«Pido perdón»
El presidente del Gobierno pidió «perdón a la ciudadanía», y especialmente, añadió, a los militantes y simpatizantes del PSOE. «Me provoca una enorme indignación que todo un proyecto político del que dependen millones de personas se vea afectado por la conducta de unos pocos», aseveró a modo de síntesis de su comparecencia.
Sánchez aseguró haber creído hasta ayer mismo en la honestidad de Cerdán, al que además de su tarea orgánica dio galones políticos en esta legislatura, al elegirle como interlocutor en el extranjero con Carles Puigdemont, y al que ratificó, pese a las dudas sobre su gestión, en el último Congreso Federal de noviembre en Sevilla. Ahora, acuciado por el escándalo, anunció una nueva Ejecutiva, que ratificará el Comité Federal del próximo 5 de julio, también en la ciudad hispalense.
Altos cargos del partido se preguntaban ayer por qué no aprovecho ocasión tan propicia como la del cónclave de hace seis meses para hacer la renovación de la cúpula del partido que ayer ofreció como salida de emergencia. No hubo nada más. Ni un congreso extraordinario, ni un adelanto electoral. Y tampoco nombres nuevos o pistas de los mismos.
Poco más de una hora antes se concretaba la dimisión de Cerdán de todos sus cargos en una carta en la que reiteraba su inocencia. Sánchez, en cambio, terminaba por admitir que los casi quinientos folios del informe de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, la UCO, sobre los que dirigentes de su partido y de su Gobierno habían arrojado dudas desde hacía semanas, incluían «indicios muy graves». Aunque a preguntas de la prensa, algo que no permitía desde el gran apagón de finales de abril, restó importancia a uno de los aspectos que más le salpica del informe de marras, el de las maniobras de Cerdán para añadir votos falsos a su candidatura a las primarias de 2014, cuando se convirtió en el líder del partido por primera vez tras derrotar a Eduardo Madina.
«He conocido también ese mensaje, me parece que está hablando de dos votos. Quiero recordar que en 2014 y en 2017, las dos primarias que me presenté, había más de 130.000 militantes y gané por más de 17.000 votos. Los procesos de primarias en el PSOE tienen absolutas garantías», explicó antes de decir que ese mensaje «me decepciona muchísimo».
En cualquier caso, insistió, una y otra vez, en que solo ayer mismo, ante el informe de la UCO, terminó de caerse del caballo. El miércoles por la noche, el partido del que es secretario general se apresuró, ante las primeras informaciones sobre el informe contra Cerdán, a emitir un comunicado defendiendo la inocencia de su secretario de Organización e incluso atacando a la UCO por las filtraciones de dicho informe.
Por la mañana el jefe del Ejecutivo evitó responder al saludo del número tres socialista cuando ambos se encontraron en el Congreso, y en la sesión de control al Ejecutivo, la última del curso político, eludió expresamente defenderle ante una pregunta explícita del líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo. Todo hacía indicar que algo había cambiado.
Responsabilidad política
Pese al tono de disculpas, el gesto compungido y la asunción de los propios defectos que hizo el presidente, Sánchez evitó a preguntas de un informador aceptar algún tipo de responsabilidad política por haber confiado, y tanto, en personas inadecuadas. Y ya hacía el final de su intervención, de veinticinco minutos entre su exordio y el turno de preguntas, aparecieron los consabidos ataques a la oposición y, aun en cierta sordina, el discurso victimista en el que ha cimentado su relato de un tiempo a esta parte, sobre todo tras la implosión de escándalos que afectan a su entorno más cercano, como la imputación de su mujer, Begoña Gómez, o la de su hermano David, a un paso de sentarse en el banquillo por presunta corrupción por su cargo en la Diputación socialista de Badajoz.
«Este Gobierno está sufriendo, de una manera bastante evidente, un asedio por parte de la oposición sobre multitud de cuestiones que nada tienen que ver con al realidad. Y el Gobierno, y en particular el Partido Socialista Obrero Español, cuando encuentra indicios que pueden ser sustantivos, y materiales de causas judiciales como la que nos ha convocado a esta comparecencia de prensa, el Partido Socialista actúa», aseveró como en tantas otras ocasiones. Y añadió que «hay organizaciones políticas que hacen y reaccionan y otras que amparan y ocultan. Eso ocurría también en la anterior administración del PP, que lo que hacía era perseguir a los policías que investigaban su corrupción».
El presidente afronta desde hoy, sin agenda oficial durante la jornada, el día después de la tormenta. Con un rumbo incierto en la legislatura y un partido muy tocado por la caída de alguien, Santos Cerdán, en quien pocos más confiaban además de él y que provocó incendios de envergadura en importantes federaciones territoriales, decantando incluso traumáticos cambios de liderazgo.
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