El PP buscará apoyos puntuales en el PSOE y Vox para gobernar en solitario con su propia agenda

El jueves, en el Congreso, ya hubo un primer gabinete de urgencia, una vez conocidas las intenciones de su socio de gobierno. Fue ahí donde se puso en marcha la maquinaria para que el mazazo de Vox no supusiera un terremoto para los ejecutivos regionales. La coordinación de los cinco presidentes autonómicos con Génova fue total, con llamadas constantes para informar de los planes. Soluciones diversas para un mismo problema, aunque todas con un objetivo común: mantener la estabilidad y tratar de gobernar en minoría, descartando el adelanto electoral.

«Allá Vox y su disparatado movimiento. No han medido la decisión, se han pasado de frenada y han descarrilado. Pero a nosotros eso no nos va a hacer desviar la atención ni un milímetro. No nos desvía de nuestro objetivo de servir a los españoles desde todos los gobiernos autonómicos. Vamos a seguir adelante con todos nuestros compromisos», afirmaba Feijóo, que valoró así el volantazo de Vox en la sede nacional del PP después de que lo hubieran hecho también todos los gobiernos autonómicos.

Intervenciones en las que los barones territoriales trataron de explicar su nuevo organigrama tras la ruptura. Poniendo el foco en las entradas y salidas -donde las hubo-, pero sobre todo en afianzar una línea de continuidad. Según explican fuentes autonómicas del PP a este periódico, la idea en estos territorios es recuperar la agenda propia y dejar a un lado los acuerdos de gobierno con Vox. «No son papel mojado en el sentido que todo lo que firmamos era aceptable y estamos orgullosos de lo que se ha hecho, pero a partir de ahora nuestra acción de gobierno será solo nuestra y coincidirá o no con lo recogido en el pacto», señala a ABC una persona cercana al equipo de Jorge Azcón en Aragón. Allí, la reestructuración estaba ya clara el jueves a mediodía y consistió en repartir las funciones de Alejandro Nolasco -el vicepresidente de Vox, uno de los más críticos con la decisión de la dirección nacional- entre el resto de consejerías.

Más sencillo resultó el cambio para María Guardiola en Extremadura, ya que el único consejero de los derechistas en esta región renunció a su acta y la presidenta decidió mantenerle en el cargo. «Si alguien pensaba en desequilibrarnos, se ha equivocado. Hemos dado otro paso sensato y centrado», exponen fuentes de la Junta de Extremadura, donde la propia Guardiola reconoció que se abría a ofrecer pactos a PSOE y Podemos -además de con Vox- para continuar con la legislatura.

Apoyos puntuales que sitúan indefectiblemente al PSOE como uno de los socios prioritarios, lo que complica la situación, como reconocía el propio Feijóo. «No oculto, porque no sería sincero, que algún tipo de dificultad añadida van a tener, pero confío plenamente en los presidentes autonómicos, que redoblarán su responsabilidad para paliar la irresponsabilidad perpetrada», apuntó, al tiempo que exigió a Abascal que no «entorpezcan la gobernabilidad en las comunidades ni tampoco el cambio político en España, porque es imparable».

De cómo discurran esos contactos con otras formaciones dependerá en gran parte la viabilidad de las legislaturas, más sencillas en territorios como la Región de Murcia, donde el PP suma más que toda la izquierda, que en Extremadura o la Comunidad Valenciana. En cualquier caso, el adelanto electoral quedó ayer descartado por todos los territorios. Al menos, en los próximos meses en los que la intención es intentar alcanzar acuerdos con todas las fuerzas políticas, poniendo sobre la mesa medidas sociales que atraigan el consenso de la mayoría.

Confirmados los cambios en los diferentes ejecutivos autonómicos, una de las dudas que sobrevolaba en el aire era la presencia de varios presidentes de Vox en las Parlamentos autonómicos tras los pactos con el PP. En este caso, los diferentes reglamentos de las cámaras no hacen tan sencilla la salida, pues en algunos casos es algo que no depende de los grupos políticos, sino que debe partir del propio dirigente.

De hecho, Marga Prohens, presidenta de Baleares, afirmó ayer «que no entendería otra cosa» al ser preguntada por la posible salida de la presidencia del Parlamento de Baleares de Gabriel Le Senne (Vox). «No me quiero anticipar a lo que haga, pero deberá ser consecuente con lo que dijo ayer Santiago Abascal», señaló en referencia a lo que dijo el presidente de Vox, de que sus dirigentes no se aferran a los sillones, sino a los principios. Aun así, Le Senne descartó dejar el cargo, como también lo hicieron el resto de presidentes de Parlamentos regionales de su partido, informa Mayte Amorós.