La posición nacional de Vox no altera su exigencia de gobernar en la Región de Murcia
El partido desliga su hipotético sí a Alberto Núñez Feijóo de las negociaciones para investir a Fernando López Miras
El PNV mantiene su no al líder del PP
Madrid
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Iniciar sesiónVox votará a favor de la investidura de Alberto Núñez Feijóo como presidente del Gobierno en el caso de que concite los apoyos necesarios. Lo hará, en ese hipotético escenario, para que el socialista Pedro Sánchez no reedite su mayoría « ... de la mano de todos los enemigos de España». No obstante, el matiz en la postura de Santiago Abascal, oficializado este domingo en un comunicado de prensa, no varía los planes de su partido en la Región de Murcia.
Fuentes autorizadas consultadas por ABC son tajantes: «En cualquier caso, lo de Murcia no tiene nada que ver». Vox, el domingo, ofreció sus 33 diputados para respaldar la investidura de cualquier candidato que cumpla dos condiciones: respetar el fundamento constitucional y recuperar la neutralidad de las instituciones, que la formación derechista entiende diezmada bajo el mandato de Sánchez.
Sobre el papel, el movimiento de Vox pareció un paso adelante que podía despejar algo el sinuoso camino de Núñez Feijóo para ser investido presidente. Sin embargo, este lunes el PNV enfrió toda posibilidad de acercamiento al enrocarse en su planteamiento del pasado 24 de julio. Los nacionalistas vascos ni siquiera se sentarán a negociar un apoyo al candidato del PP por sus pactos con Vox.
El PNV mantiene su 'no' a la investidura de Feijóo tras la renuncia de Vox a entrar en el Gobierno
M. MartínezRecuerdan que ya expresaron «con meridiana claridad» su postura al presidente del PP
Los dos partidos, Vox y el PNV, son como el agua y el aceite. Uno quiere derogar el Estado de las autonomías; el otro, más autogobierno. Pero los de Abascal, con el comunicado del domingo, libran también una batalla por el control del relato. Con esa mano tendida, en una hipotética repetición electoral no se podrá culpar a los derechistas del bloqueo, como tampoco de no haber intentado conformar una alternativa frente a un nuevo Frankenstein.
En campaña, prudencia
Aunque Abascal durante la campaña evitó hacer explícita la exigencia de entrar en el Gobierno nacional en caso de sumar mayoría absoluta con el PP –tampoco quiso ponerse antes de tiempo el traje de vicepresidente–, los mensajes implícitos del partido, con el Ejecutivo de Castilla y León como ejemplo para toda España, llevaban a pensar que Vox iba a exigir asientos en el Consejo de Ministros.
Aun así, el presidente de Vox insistió en cada mitin en que las elecciones no estaban ganadas y en que Núñez Feijóo andaba «despistado», «vendiendo la piel del oso antes de cazarlo» y «repartiendo ministerios» antes de hora. El tiempo le dio la razón y la noche electoral Abascal se desquitó animando al líder del PP a pactar con el PSOE. Al mismo tiempo, lo felicitaba por haber cumplido su 'objetivo' de ganar «sin depender de Vox».
Malicia aparte, aquella noche, indirectamente, ya quedó claro que Vox asumía un papel secundario y renunciaba a entrar en el próximo Gobierno de España. El mismo Abascal, en declaraciones sin preguntas, marcó la senda: «Estamos absolutamente preparados tanto para hacer oposición como para una repetición electoral».
Vox ya se había abierto a apoyar a Feijóo si convencía al «PSOE bueno», pero ahora no condiciona sus votos a los de los demás
Tres días después, en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros confirmó ya que Vox estaba dispuesto a respaldar al PP sin formar parte del Gobierno si Núñez Feijóo conseguía el apoyo de cinco o seis diputados «del PSOE bueno». El PP, rápidamente, rechazó una negociación diputado a diputado y se comprometió a respetar la disciplina de todos los partidos. De ahí la novedad del comunicado del domingo, en el que Vox ya no señalaba los votos que debían asegurarse los populares para contar con su sí.
Prohibición autoimpuesta
Eso sí, quizá la jugada fuese más estética que otra cosa, porque Vox tiene prohibidos por estatutos los pactos con nacionalistas y una legislatura en la que el PP dependiese a la vez de ellos y del PNV podría ser inútil a nivel parlamentario. De hecho, entre los «enemigos de España» con los que se quiere aliar Sánchez, Vox señala a ERC, Junts y Bildu, pero también al PNV.
Si Núñez Feijóo consigue los votos para ser investido, insisten en Vox, tendrá garantizado su respaldo para ser presidente del Gobierno. Pero la aritmética endiablada que resultó del 23J hace imposible que esto suceda sin la conjunción de PP, Vox, PNV y UPN al mismo tiempo; un plan del que este lunes se borró, por segunda vez, el nacionalismo vasco. En las filas de Abascal, de hecho, remarcan cómo los populares funcionan como «una franquicia», más que como un partido, por su dispar comportamiento según el territorio.
En Murcia todo sigue enquistado tras rechazar Vox la primera intentona de Fernando López Miras de reeditar la Presidencia del Gobierno autonómico. La fecha límite para evitar la repetición electoral: 7 de septiembre.
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