La Policía confisca 700 millones de euros en cocaína al clan de los Balcanes en una sola semana
En Vigo se intervinieron 7.500 kilos y otros 3.400 en el puerto de Valencia, todos procedentes de Ecuador
Estas mafias se han hecho con el control de buena parte del tráfico de cocaína en España y resto de Europa
La avalancha de cocaína por la costa española desborda a jueces y policías
La Plaza de las Provincias del complejo policial de Canillas ha sido esta mañana el escenario de un gigantesco 'bodegón': apilados de cuatro en cuatro los fardos, sobre el piso se exponían las once toneladas de cocaína intervenidas por la Policía al clan de ... los Balcanes en dos operaciones realizadas en sólo una semana. Antes de ser cortada, la droga mostrada tiene un valor en el mercado de 700 millones de euros, en números redondos. Hay 20 detenidos, pero sobre todo lo importante es que se ha desmantelado la estructura empresarial de las organizaciones.
Fuentes policiales advierten de que el mercado de la droga está inundado. Un dato: este año la Policía ha intervenido ya unos 20.000 kilos de cocaína más que en todo 2022. El gramo, antes de cortar, cuesta unos 60 euros. Las cifras son, por tanto, elocuentes. ¿Por qué este repunte brutal? Hay varios factores: en Colombia, la producción es mayor, porque se ha prohibido fumigar las plantaciones y ahora hay que extraer a mano las plantas de coca, un proceso mucho más lento y, además, más peligroso porque las organizaciones dejan trampas en forma de bombas para recibir a los soldados; además, el clan de los Balcanes ha ganado una fuerza extraordinaria, hasta el punto de que ya actúan sobre el terreno con las organizaciones locales para controlar la producción y el transporte de la droga, y también la distribución en los puntos de destino; y en tercer lugar, Ecuador se ha convertido en el punto crítico de salida de esas sustancias, hasta el punto de convertirse en la «gran autopista de salida» hacia Europa.
Con este escenario que España y el resto de Europa esté inundada de cocaína, que además se compra más barata en origen por el exceso de producción -el kilo ha pasado de costar 30.000 euros en Colombia a los 18.000 actuales-, no es extraño que se produzcan operaciones policiales de la envergadura de las dos presentadas esta mañana, sobre todo porque la Policía española, muchas veces auxiliada por Vigilancia Aduanera, es puntera en este tipo de investigaciones y es capaz de mantener una presión alta sobre las redes de narcos.
En el caso de las dos culminadas entre la última semana de noviembre y la primera de este mes, una de ellas en Vigo y la otra en Valencia, tienen como nexo común que en ambos casos la droga entró por un puertos español, en concreto por el de Algeciras la intervenida en Galicia, y por el de la capital del Turia la otra. Destacar en este sentido que los puertos españoles ocupan ya el tercer lugar de Europa, tras el de Amberes y Rotterdam, en volumen de cocaína introducida por ellos.
La operación en la que se intervino mayor cantidad de cocaína fue la de Vigo; siete toneladas y media, la mayor cantidad aprehendida nunca en tierra en Galicia. Se culminó la semana pasada, pero la empresa importadora estaba en el foco de los investigadores desde 2019. Es más; ya había sufrido varias inspecciones por parte de Vigilancia Aduanera al operar desde puertos ecuatorianos calientes, pero nunca hasta ahora se había detectado estupefaciente. Hay cinco detenidos, entre ellos el dueño de la empresa, coruñés, que fue arrestado anoche en Madrid al bajar de un vuelo procedente de México. El resto de los implicados también son españoles de origen gallego.
Las investigaciones de los agentes permitieron identificar una red empresarial creada por la organización criminal para enviar grandes partidas de cocaína desde Suramérica, en particular Ecuador, hasta La Coruña, sede de la empresa utilizada para la importación. Esta sociedad se dedicaba al comercio internacional al por mayor de pescado y marisco congelado, pero también a la compra venta de fincas rústicas y urbanas y edificaciones y construcciones en general. Compartía su sede social con otras empresas del entramado familiar y mercantil constituido al efecto.
Envíos similares
El empresario encubría ese tráfico de cocaína con un voluminoso flujo de contenedores vía marítima, para lo que utilizaba diversas empresas en origen. Por supuesto, la mercancía siempre tenía como destino a la Península Ibérica. Los investigadores monitorizaron durante meses la actividad de la empresa, detectando envíos similares que no tenían otro objetivo que aparentar que se trataba de un negocio lícito.
Como la empresa había sufrido ya varias inspecciones sin resultado, la confianza de la organización en su método de transporte y ocultación hizo que 'contaminaran' uno de estos contenedores con los 7.500 kilos de cocaína, uno de los alijos más importantes intervenidos en la historia del narcotráfico español y europeo.
Se pudo comprobar que la organización trasladaba los contendores al puerto de Algeciras para posteriormente enviarlos hasta el de Vigo, lugar en el que se pudo detectar dos de ellos, siendo uno de el que transportaba íntegramente la droga en su interior. En ese momento se detuvo a todo el personal que se encontraba en la nave de Cambre donde se estaba llevando a cabo la descarga de la cocaína. Venía oculta en un cargamento de lomos de atún congelado y estaba marcada con cuatro logotipos diferentes con los que pretendían identificar a las diferentes organizaciones criminales europeas que debían recibir el alijo.
En cuanto a la operación de Valencia, bautizada como 'Fulgor', comenzó por un intercambio de información entre fiscalías que permitió abrir una investigación sobre la 'contaminación' de un contenedor de carga marítima que presuntamente transportaba droga en su estructura, para lo cual habrían creado un doble fondo en su interior. Este contenedor era parte de un lote de cuatro, que llegaron al puerto de la capital del Turia a principios de noviembre. Desde entonces estuvieron controlados por la Policía. Durante casi 30 días los contenedores no fueron movidos y pasado ese periodo se llegó a pensar que los mismos habían sido abandonados. Sin embargo, esa demora era parte de la estrategia de la organización que se encontraba tras ellos, ya que a finales de noviembre, de manera repentina, cambió la empresa destinataria de la mercancía.
Los capos de las mafias albanesas están en España, pero viven de forma discreta para no llamar la atención y hacer sus inversiones
Esta nueva sociedad solicitó la entrega de los cuatro contenedores a finales de mes, siendo su administrador una persona conocida por los investigadores, ya que curiosamente días antes había sido detenido en el marco de otra operación antidroga. Lejos de frustrarse la operación, y estar claro que esa firma era una estructura fraudulenta creada ex profeso para simular operaciones de comercio internacional en las que camuflar envíos de cocaína, la investigación siguió su curso.
Finalmente, el 29 de noviembre, el primero de los contenedores del lote salió del puerto de Valencia y fue desplazado hasta un descampado en las proximidades de Valencia. Allí estuvo toda la noche, obligando a mantener la vigilancia constante sobre el mismo. Al día siguiente se despacharon los restantes contenedores, obligando a los investigadores a realizar seguimientos simultáneos hasta que todos ellos coincidieron en un polígono industrial de la localidad valenciana de Xirivella.
El primer contenedor que fue liberado la noche anterior del puerto, también fue trasladado hasta esa problación a primera hora de la mañana, permaneciendo en la zona hasta que consiguieron contactar con los destinatarios finales de la mercancía que se encontraban ocultos y vigilantes en un restaurante cercano, Entonces aparcaron el camión y la carga en una nave próxima al mismo.
Mientras todo ello sucedía, los investigadores vieron cómo una furgoneta ocupada por un único varón daba vueltas al polígono en claras funciones de contra vigilancia. Poco después, el equipo encargado de seguir al segundo contenedor indicó su llegada a la misma zona, encontrándose el mismo varón que gestionó el estacionamiento del primero de los contenedores, coordinando el segundo a su llegada a la nave.
Medidas de contravigilancia
En ese momento los narcos no realizaron ningún ademán de iniciar la descarga de los contenedores, evitando aproximarse a ellos en prevención de de un seguimiento policial. Mientras, el resto de la red, mientras viajaban en tres vehículos circulando por el polígono industrial, estacionaban brevemente en distintos puntos sin perder de vista la nave, e incluso trasladaban a otros miembros de la organización. Ante la llegada del tercer contenedor se pudo confirmar cómo éste era estacionado en el exterior de la nave, momento en cual se detectó que varios varones habían accedido al interior, mientras que los demás se alejaban de forma escalonada y a pie.
Pasado un tiempo prudencial, varios de los objetivos se reunieron en el restaurante para dirigirse hacia la nave, momento en el cual se decidió intervenir de manera simultánea tanto en el lugar donde se encontraban los contenedores, como en el restaurante donde se encontraban reunidos los responsables de la organización y sobre los dos vehículos encargados de vigilar el entorno, intentando darse a la fuga uno de los ellos a gran velocidad.
Para llevar a cabo el operativo se hizo necesaria la presencia del Grupo de Operaciones Especiales (Goes) y al asaltar la nave se detectó cómo uno de los contenedores había sido prácticamente vaciado de droga. La cocaína estaba ya guardada en bolsas de deporte depositadas al fondo de la nave, junto a una puerta lateral donde tenían una furgoneta estacionada, lista para cargar y marcharse. El doble fondo del segundo contenedor ya había sido liberado parcialmente pero aún no había comenzado la descarga.
En total hubo quince detenidos, de los que al menos once están ya en prisión y tres están pendientes de pasar a disposición judicial. Entre ellos hay españoles, albaneses y colombianos.
La Policía no tiene duda de que la mafia albanesa está detrás de estas dos operaciones independientes, aunque por ahora no se ha podido llegar hasta ellos. «Todos los alijos de más de 3.000 kilos de cocaína que intervenimos en España son suyos, y traer contenedores es su 'modus operandi'», explican las fuentes consultadas, que atribuyen también a esta mafia el cargamento de 9.500 kilos de esta sustancia intervenidos en agosto en una nave de Algeciras, el mayor cargamento confiscado nunca en territorio español.
Criptomonedas para blanquear
Las fuentes consultadas aseguran que los capos de estos grupos están en España pero de momento actúan con gran discrección para no llamar la atención y poder hacer sus inversiones con tranquilidad. Estas mafias utilizan además las criptomonedas para blanquear sus beneficios.
El clan de los Balcanes, que incluye a las mafias albanesas, pero también búlgaras y serbias, entre otras, es objetivo principal de las policías europeas porque suponen una gran amenaza para la seguridad. Estos grupos han perpetrado ya asesinatos muy relevantes en Europa, incluido el de un fiscal.