Podemos y Díaz inician por separado y distanciados su ruta hacia las elecciones

En ese disenso orgánico de gran magnitud y consecuencias todavía imprevisibles se encuentra el espacio político a la izquierda del PSOE. Que solo encuentra momentos para el entendimiento en la defensa del acuerdo de Gobierno frente a los socialistas. Y no siempre con la debida coordinación. No es ningún secreto en este espacio que las relaciones personales no se encuentran en un momento óptimo como para que esos vínculos ayuden a salvar los choques políticos.

Este viernes se escenificó hasta la contraprogramación de los dos actores, en teoría aliados, en la presentación de su hoja de ruta electoral. Estaba previsto para el mediodía la presentación de los coordinadores de los equipos de trabajo de «Sumar». Se trata de 35 perfiles académicos y técnicos entre los que destacan el exvicepresidente del CGPJ Fernando Salinas, el politólogo Ignacio Sánchez-Cuenca, el sociólogo César Rendueles y el escritor Bernardo Atxaga.

En el acto de Díaz no hay apenas rastros que conecten con Podemos. Entre el público, Txema Guijarro, diputado en el Congreso, o Pablo Bustinduy, primer responsable del área de Internacional del partido y vinculado siempre a lo que representó Íñigo Errejón. Entre esos primeros espadas que presentó Díaz se encuentra Agustín Moreno, diputado de Unidas Podemos en la Asamblea de Madrid, pero que fue candidato en las últimas elecciones en calidad de independiente. Hasta aquí cualquier rastro morado. Porque en Podemos están en su propio camino.

Unas horas antes del acto de Díaz y su equipo, el partido de Ione Belarra activaba el modo electoral y contraprogramando el tour de Díaz lanzaba su propia gira por España. Toda una declaración de intenciones. Podemos busca rearmarse para no perder peso este ciclo electoral, mientras la vicepresidenta Díaz construye su proyecto nacional al margen de ellos. Podemos quiere situarse en una posición mucho más fuerte que la actual para cuando llegue el momento de negociar su posición en el futuro proyecto de la vicepresidenta.

En los últimos tiempos desde Podemos se han lanzado mensajes públicos y privados a Díaz para que diese certezas ya respecto a la forma de su proyecto. En la esperanza de que eso garantizase una presencia fuerte y reconocible de Podemos. Pero la ministra de Trabajo quiere construir otra cosa. No tiene prisa. Ya avanzó además este periódico hace meses su intención de buscar perfiles independientes para el proyecto. Ayer se escenificó precisamente eso. Con Díaz insistiendo en ese marco: su proyecto «no va de relatos ni de correr» sino de «tejer un movimiento ciudadano». Y advirtiendo de que «el futuro no se acomoda a los tiempos electorales».

Esos tiempos y esa estrategia pretenden restar el espacio y la necesidad de depender de Podemos. Algo que se entendía como lo lógico y evidente cuando Iglesias la designó como sucesora del espacio político. Díaz ha dejado claro que no quería ser la heredera de Iglesias ni de sus marcas, sino constructora de algo completamente nuevo.

Pero esa decisión de no acelerar su proyecto, y no presentarlo como una simple sustitución del liderazgo de Pablo Iglesias por el suyo, está dando margen de actuación a Podemos. Que lanza su propia hoja de ruta. En Podemos no encaja esa estrategia y sorprende que pretenda desprenderse de los activos que todavía atesora. Los morados se hacen valer porque siguen defendiendo que su marca es matriz de ese espacio.

Las primarias que celebrará el partido del 10 de octubre al 4 de noviembre son también parte de esta estrategia de fortalecimiento, con más de 800 procesos simultáneos entre lo regional y lo municipal. Cuando Díaz quiera hablar ellos tendrán los deberes hechos. Así como la Universidad de Otoño, un foro de debate habitual en estas fechas donde buscarán el rearme ideológico con la invitación de figuras internacionales y de la sociedad civil. Esos tres pasos fueron acordados ayer en la primera reunión de su comité de campaña autonómico. Podemos iniciará en noviembre la ruta con actos por todo el país donde «integrantes de la dirección estatal al máximo nivel y cargos de los territorios» estarán presentes. Las primeras paradas serán Aragón, Asturias y Madrid.