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El Pequeño Nicolás juega a la dualidad en el juicio: inmaduro, sí, pero espía también

La Fiscalía mantiene su petición de seis años de cárcel por estafa, usurpación y falsedad

La nueva vida del Pequeño Nicolás: una serie documental y criptomonedas

Francisco Javier Gómez Iglesias junto a su letrado, Juan Carlos Navarro EP
Isabel Vega

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Enfundado en una sudadera que por delante era de un blanco impoluto y por detrás estaba ‘grafiteada’ en colores chillones, Francisco Javier Gómez Iglesias parecía poner en escena ante el tribunal la dualidad en su vida y sus maneras que le ha hecho célebre ... bajo el apelativo de ‘Pequeño Nicolás’. Sonriente, llegó ayer a la tercera y última sesión de su tercer pero penúltimo juicio. Se había dejado el DNI en casa y, tras un par de idas y venidas, lo comentó tirando de guasa con la abogada del Estado y la letrada de Podemos que ejercen la acusación: «Para que no me pase como con la Selectividad». De aquella salió condenado por falsificar el carné para que un colega le superase la prueba. Está recurrido ante el Tribunal Supremo, como los tres años que le cayeron por el ‘show’ de Ribadeo, Galicia, un despliegue que llevó a los locales a pensar que el Rey comía ese día en el pueblo.

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