Pastrana, el alcalde de Twitter más perseguido por la izquierda
La red social ha suspendido el perfil de este arquitecto y alcalde de un minúsculo pueblo de Teruel desde donde exaspera a golpe de sarcasmo a políticos y opinadores públicos próximos a la izquierda y el independentismo
Elon Musk anuncia que Twitter cobrará 8 dólares por los perfiles verificados: «El actual sistema es una mierda»
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Iniciar sesión«Si ahora resulta que el gas es energía verde, ¿por qué está prohibido extraerlo e incluso buscarlo en España? Deberíais estar todos encerrados en una mina de carbón a 100 metros de profundidad». José Miguel Aspas (Madrid, 1969) es el autor del tuit anterior ... y la persona tras el perfil de Twitter Pastrana, @JosPastr, ahora suspendida por, supuestamente, vulnerar las normas de la red social.
A los que se prodigan por la plataforma, ahora propiedad de Elon Musk, les sonarán el seis y el cuatro con visera que utiliza como foto de perfil. Pero también la polémica que protagonizó en 2018 cuando personajes relevantes de la vida pública como Gabriel Rufián, Pablo Echenique, Pablo Iglesias o incluso la periodista Ana Pastor compartieron un tuit anónimo en el que se revelaba su identidad, secreta hasta aquel momento: era alcalde del PP. «Ven que soy alcalde de Villar del Cobo, un pueblo de Teruel que no supera los 200 habitantes. Y por, muy sorprendente que parezca, aquello les pareció un escándalo», explica Aspas a ABC, que después del cierre de su cuenta de siempre se desquita tras el perfil 'PastraReloaded', @a_lacutre.
«Yo había sido crítico con el 'procés' y entonces tendría unos 40.000 seguidores, pero con el episodio de 2018, que fue el primer intento de expulsarme de Twitter, lograron el efecto contrario al buscado y llegué a superar los 100.000», recuerda, aún sin comprender muy bien por qué »un tío como yo», dice, merecía tanta atención.
Deja claro que no cobra ni un euro como alcalde de Villar del Cobo y vive de su sueldo como arquitecto, algo que ya había espetado a Rufián en alguna ocasión: «Yo me gano la vida con mi trabajo, más duro y peor pagado que llevar una impresora al Congreso». »El día que se sepa quién eres nos vamos a reír, crack», le dedicaba el de ERC.
A pesar de los sucesivos bloqueos que ha sufrido Pastrana –asegura que desde hace unos meses la red social impedía que creciera su número de seguidores– esta es la primera vez que le cierran el perfil. «Lo que suele ocurrir es que varios usuarios con una cierta afinidad política se ponen de acuerdo para denunciar una determinada cuenta. Denuncian masivamente un tuit alegando que incumple las reglas». Cuando esto sucede el usuario puede apelar pero, por más absurdo que sea el tuit por el que le bloquean, la persona o el algoritmo que 'supervisa' el bloqueo rara vez te da la razón. Aspas refiere que en su tuit de hace unos días sobre la extracción de gas en España no hay amenaza a ninguna persona en concreto. «En Twitter no me dieron ninguna explicación: solo que el tuit incumplía sus reglas y que después de revisarlo (no creo que lo hicieran) mantenían la suspensión permanente».
Al preguntarle por quién podría estar detrás de su 'persecución' cuenta que le ha llegado una información, aunque no lo puede asegurar, de que existe un grupo de Telegram (se llamaría RedBirds) desde donde se orquestan las denuncias y que tendría relación con Rubén Sánchez, secretario general y portavoz de la asociación de consumidores Facua. «Lo que sí es verdad es que cuando se producen bloqueos él se suele jactar, se mofa, se alegra». En este sentido, opina que hay un sesgo importante en la censura de la plataforma: «Las cuentas vinculadas a una ideología de derechas son las más bloqueadas. Aunque puede que sea por las palabras seleccionadas por el algoritmo». Este arquitecto y alcalde– tuitero en su tiempo libre– se muestra prudente sobre la llegada de Elon Musk. «No creo que haya comprado Twitter para luchar por la libertad de expresión. Al fin y al cabo es un empresario y busca ganar dinero». Él, resignado a que se conozca su identidad, seguirá tirando de ironía en la nueva e incierta era de Twitter. «Ya quisiera haber durado la república catalana lo que mi anonimato».
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