Otegi pone la primera tarea a Aitor Esteban: la reforma del Estatuto
El nuevo líder del PNV hace suya la exigencia de Andoni Ortuzar a Pedro Sánchez para apoyar su investidura como presidente del Gobierno
Esteban reclama «unidad» al PNV tras relevar a Ortuzar al frente del partido
Una mudanza siempre genera estrés y el PNV está metido de lleno en una de máximo calado. Aitor Esteban mantuvo este lunes su segunda reunión con la nueva Ejecutiva (EBB) surgida de la IX Asamblea General celebrada hace dos fines de semana en San ... Sebastián, con parte de su equipo todavía asentándose en la nueva realidad, después de cambiar el Congreso de los Diputados en Madrid por el enorme edificio de Sabin Etxea (sede del partido) en el centro de Bilbao. Un recambio más que una regeneración, con el que Esteban hereda de Andoni Ortuzar la tarea de preparar al partido de cara a la próxima cita electoral de 2027 —a la que EH Bildu mira con ganas y el objetivo de dar el 'sorpasso'— y completar una reforma estatutaria de la que no se conocen avances significativos. Un caballo de batalla sobre el que el nuevo presidente del PNV trata de rebajar expectativas y que Arnaldo Otegi, reelegido también recientemente como secretario general de Bildu, aprovecha para ejercer presión.
Si bien la nueva Ejecutiva (pactada entre el presidente saliente y el entrante y enfocada a sostener los equilibrios territoriales del partido) todavía se centra en el reparto de tareas, ya ha habido dos movimientos de importancia. En primer lugar, el relevo del propio Esteban en el Congreso con la figura de Maribel Vaquero, asumiendo la función de ser la imagen del partido en Madrid, donde Esteban estaba bien valorado. Ya este mismo fin de semana, fue ella quien acudió a la reelección de Fernando Clavijo como líder de Coalición Canaria.
En segundo lugar, el nombramiento de Maite Ipiñazar como secretaria del EBB. Un cargo de gran relevancia que ejercía Mireia Zarate —a quien aupó Andoni Ortuzar y con quien mantiene una relación sentimental— y al que accede después de formar parte hasta noviembre del año pasado del equipo de la mujer de Aitor Esteban, Itxaso Atutxa, en la ejecutiva del partido en Vizcaya (BBB). Dos movimientos con los que el PNV trata de impulsar al sector femenino tras las críticas por la falta de paridad en sus órganos (el nuevo EBB está compuesto por diez hombres y cuatro mujeres).
En lo relativo a la estructura interna, no serán los únicos pues está prevista una reforma de los estatutos del partido para abordar cuestiones como la lentitud en el proceso de reelección de sus dirigentes, algo que ha pasado factura por el ruido generado entorno al relevo. Además, Esteban mantuvo la semana pasada la primera reunión con el lendakari Imanol Pradales, valido de Ortuzar tras la salida de Íñigo Urkullu, con el objetivo de engrasar la bicefalia que siempre ha caracterizado a la formación nacionalista.
El «derecho a decidir»
En cuanto a la reforma del Estatuto de Guernica, que Ortuzar exigió a Sánchez,junto al «reconocimiento nacional» del País Vasco para apoyar su investidura como presidente del Gobierno, se encuentra en un punto muerto. Si bien fuentes del PNV afirman que se sigue avanzando en los trabajos, no se habla en ningún momento de fechas y proyectan en el largo plazo la cuestión. La dificultad para alcanzar un acuerdo amplio, que incorpore también al Partido Socialista de Euskadi (PSE), gira en torno al derecho a decidir, eufemismo para hablar del derecho de autodeterminación. De forma conjunta, el PNV y Bildu han aprobado textos en las Juntas Generales de Álava, Vizcaya y Guipúzcoa exigiendo su incorporación al renovado texto estatutario, pero el PSE, parte del Gobierno regional, ha fijado su posición en el 'no'.
De acuerdo con el último Sociómetro Vasco, la preocupación ciudadana por el «conflicto político» habría caído a mínimos históricos. Todo después de la traumática experiencia con la Declaración Unilateral de Independencia (DUI) en Cataluña, que ha terminado con el PSC al frente de la Generalitat y con Carles Puigdemont, su principal ejecutor, huido de la Justicia en Bélgica. Así, desde el PNV entienden que una reforma estatutaria de máximos tendría muchas dificultades para pasar los trámites parlamentarios en Madrid, después de ser aprobada en Vitoria, además de un presumible choque con los tribunales. Es por eso que rebajan el tono sobre esta cuestión, tratando de evitar la frustración del sector del electorado más soberanista.
Posicionamiento que no ha tardado en aprovechar EH Bildu, que ve en la debilidad de Pedro Sánchez al frente del Gobierno de España una «ventana de oportunidad» que llama a aprovechar antes de que, ante un posible adelanto electoral, haya un cambio en las mayorías en Madrid. «Todo el mundo se da cuenta de que hay que dar un paso desde un enfoque nacional en este momento histórico, porque el momento es ahora y no tenemos tiempo ilimitado», afirmó la semana pasada.
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