Ofensiva total de Sánchez en busca de su supervivencia política
El presidente se vuelca en un plan diseñado por Moncloa y Ferraz para desgastar a Feijóo y remontar las encuestas adversas
Madrid
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Iniciar sesiónEl pasado 18 de septiembre, Pedro Sánchez disfrutó de una de sus aficiones predilectas de siempre, y desde una posición privilegiada. Ataviado de manera informal, con pantalones vaqueros y zapatillas blancas, aunque con camisa y americana al mismo tiempo, asistió en Berlín y ... en primera línea a la final del Europeo de baloncesto (el deporte que, como todo alumno del colegio Ramiro de Maeztu de Madrid que se precie, practicó en su juventud) en la que España se proclamó campeona al derrotar a Francia. La medalla de oro para los de Sergio Scariolo había tumbado los pronósticos más sombríos que al inicio del campeonato se cernían sobre un equipo en plena transición, que ya no contaba entre sus filas con los hermanos Gasol. Desde el pabellón Mercedes-Benz Arena, el presidente del Gobierno tuiteó un mensaje de celebración del triunfo que concluía así: «Hay que creer siempre». A muchos en el Gobierno y en el PSOE no les pasó inadvertida una alusión que bien podría traducirse en un mensaje sobre su propio futuro político.
Al igual que ocurrió con la selección española, los pronósticos para los socialistas son sombríos a las puertas de una gran año electoral, el 2023, en el que se celebrarán los comicios autonómicos y municipales en mayo y las generales en diciembre, en las que Sánchez se jugará su supervivencia política. Y ello explica que, siguiendo la estela del equipo nacional, el jefe del Ejecutivo se haya conjurado para tratar de remontar las encuestas adversas, con una ofensiva en todos los frentes, cuidadosamente planificada por sus equipos de Moncloa y Ferraz.
El plan de ataque diseñado en el cuartel general del presidente del Gobierno tiene varios frentes pero un único y claro adversario al que, en última instancia, van dirigidos todos los ataques, que no es otro que Alberto Núñez Feijóo. La factoría de Ferraz elabora diariamente tanto fichas de argumentario como vídeos para viralizar en las redes sociales contra el líder de la oposición, casi todos ellos con el mantra puesto en circulación por el propio Sánchez en su primer debate de envergadura con Feijóo en el Senado el pasado 6 de septiembre, aquel que reza en tono de interrogación retórica: «¿Insolvencia o mala fe?». Una munición de ataque político centrada en intervenciones del presidente del PP, y que incluye otros enunciados menos crípticos, como uno de esta misma semana titulado «mentiras y más mentiras». Los socialistas están convencidos de que es la estrategia idónea para debilitar a Feijóo, y abonan su esperanza a que «cuanto más se le conozca, menos le apoyarán los españoles», dado que consideran que su experiencia como presidente de la Xunta de Galicia durante más de una década no es equiparable a un reto mucho más complejo como es el de presidir el Gobierno central.
El presidente tira de 'revival'
La enmienda a la oposición, como se vio este sábado en el mitin del propio Sánchez en Getafe, recurre a un cierto 'revival' de ataques históricos de los socialistas al PP en otros tiempos políticos. Así, el jefe del Ejecutivo llegó a comparar durante su discurso en la localidad madrileña la respuesta dada por su Gobierno a la erupción del Volcán en la Palma con la gestión que el Gobierno de José María Aznar hizo de la catástrofe del Prestige en Galicia, de la que a final de este año se cumplen dos décadas. O la acogida a refugiados de Ucrania este año y de Afganistán el año pasado, tras la caída de Kabul, con, enfatizó, «la guerra ilegal en Irak». Incluso en ese mismo discurso, y para sorpresa positiva de algunos colaboradores, se atrevió a lanzar un mensaje sarcástico, un registro en el que no es habitual verle. Lo hizo para tratar de ridiculizar a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y sus explicaciones en una entrevista radiofónica sobre la deflactación de la tarifa del IRPF.
Algunos en el PSOE lamentan que ese estilo bronco recuerda al Sánchez que, como líder de la oposición, y durante una debate electoral cara a cara con Mariano Rajoy en la campaña de las generales de 2015, llegó a llamarle «indecente» al entonces presidente del Gobierno, algo que provocó una airada reacción de su oponente. Esos mismos dirigentes atribuyen esa actitud a que en su equipo más próximo vuelven a estar algunas de las personas que le acompañaban entonces.
Pero además de los acentos discursivos, y del relato instalado de que preside un Gobierno «molesto» para ciertos «poderes económicos» y sus «terminales mediáticas», Sánchez trata de echar el resto, con la intención de remontar los sondeos adversos, valiéndose tanto del Boletín Oficial del Estado como de algunas maniobras menos visibles en la superficie.
Subidas a funcionarios y pensionistas
El acuerdo con Unidas Podemos para el proyecto de los que serán, de lograr apoyos en el Congreso, los últimos Presupuestos Generales del Estado (PGE) de la legislatura, responde también a esa ofensiva contra el reloj y contra las expectativas que dibujan las encuestas. En el texto se incluye la subida exponencial de sueldos a los funcionarios, de casi el 10 por ciento en tres años, y la histórica alza de las pensiones del 8,5 por ciento para el 2023. En el granero de votantes socialistas siguen abundando los mayores de 65 años, como también le ocurre al otro gran partido, el PP, en un país como España con una población enormemente envejecida. Este mismo sábado, en el citado mitin de Getafe, Sánchez defendió esta medida arremetiendo contra los, a su juicio, catastrofistas análisis que lee, dijo, en «la prensa conservadora», que volvió a vincular a oscuros «poderes». El aumento en las pensiones es para el presidente «justo y viable». Además, en este terreno acusó al PP de «volar todos los consensos». Para ello, se amparó en que en 2020, dentro del Pacto de Toledo, los populares votaron a favor de indexar la paga de los jubilados a la inflación, aunque en un momento en el que no se había producido aún la actual espiral inflacionista, inédita en décadas.
Control del Consejo
Justo coincidiendo con este cambio de estrategia, se ha producido la sonada salida del presidente del Consejo de Radio Televisión Española (RTVE), José Manuel Pérez Tornero, el primero del Ente público nombrado por el Congreso de los Diputados tras un cambio en el modelo de elección. Pero después de ello, el Ejecutivo ha burlado los estatutos de la radio televisión pública para, mediante un decreto aprobado en el Consejo de Ministros del pasado martes, blindar a la presidenta interina, Elena Sánchez, que podrá así tener competencias ejecutivas y las manos libres para promover nombramientos y destituciones. La oposición denuncia un «asalto» a la cadena.
Cambios en el INE, toma de control en Indra
No es RTVE la única compañía pública sometida recientemente a vaivenes. Notable fue el relevo en un organismo tan sensible como el Instituto Nacional de Estadística (INE) llevado a cabo en agosto, donde Elena Manzanera sustituyó a Juan Rodríguez Poo en la dirección, después de que el Ejecutivo, con la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, llevando la voz cantante, cuestionase los cálculos del IPC y del PIB.
No menor fue la marejada por los movimientos a través de la Sociedad Estatal de Participación Industriales, la SEPI, en la tecnológica Indra, en cuyo consejo tomó fuerza el Fondo Amber, propietario del Grupo Prisa. Hasta siete consejeros independientes de Indra han dimitido denunciando que los cambios en el Consejo no cumplen con los estándares corporativos y alimentando así la idea de una acción concertada entre el Gobierno y Amber, siempre negada tanto por Sánchez como por Calviño. Aunque donde no ha habido cambios, ni los habrá, es en el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), el instituto público que con el socialista José Félix Tezanos al frente –quien este mismo año ha publicado un libro hagiográfico sobre Sánchez– sigue desmarcándose del consenso de los institutos de opinión privados, que sitúan a Núñez Feijóo como el más que probable ganador de las próximas elecciones generales.
Europa e Internacional Socialista
Además del giro izquierdista de puertas hacia dentro, y del énfasis discursivo contra «los poderes», el presidente cultiva todo lo que puede su perfil internacional. Animado por el éxito de la cumbre de la OTAN de junio en Madrid, Sánchez prepara ahora con mimo el semestre de presidencia europea de España en la segunda mitad de 2023, con el que aspira a culminar de manera significativa su mandato. Pero antes de eso, en noviembre se convertirá en el primer español en presidir la Internacional Socialista.
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Una de las principales apuestas propagandísticas de Moncloa es la serie «Las cuatro estaciones» sobre la vida en el complejo presidencial. Como adelantó ABC, el Gobierno ha solicitado cambios en el primer capítulo, pese a que en el contrato firmado se daba libertad a los creadores de la película.
Sánchez lo cuida todo al milímetro ante su último año de mandato. Sabe que será difícil revalidar su cargo pero no arroja la toalla ni en el PSOE cunde el desánimo. Un dirigente socialista describe su situación en comparación a la del anterior inquilino socialista de La Moncloa: «Esto no es como con Zapatero». En 2011 el expresidente anunció que no sería el candidato, en un momento en el que la formación se desangraba electoralmente. Sánchez, en cambio, volverá a pedir a los españoles su apoyo en las urnas.
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