En concreto, el 49,8 por ciento defiende un adelanto de los comicios, frente a un 40,9 por ciento que no lo ve necesario y otro 9,3 por ciento que prefiere no opinar. En este punto, hay un diferencia clara entre la izquierda y los nacionalistas, por un lado, y la derecha, por otro.
Entre los votantes socialistas, solo el 28 por ciento vería con buenos ojos un adelanto de las elecciones generales. Lo mismo opinan los electores del otro socio de coalición, Unidas Podemos: el 20 por ciento apoyaría la convocatoria anticipada. Curiosamente, los votantes de los partidos nacionalistas, aliados parlamentarios de Sánchez, también piensan de la misma manera: solo un 28 por ciento ve conveniente llamar ya a las urnas.
En el centro-derecha, sin embargo, los porcentajes se dan la vuelta: el 75 por ciento de los votantes del PP reclaman unas elecciones generales anticipadas, un dato que se dispara al 87 por ciento en el caso de los electores de Vox. Los de Ciudadanos son algo más comedidos: el 66 por ciento también lo pide.
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