Pelea Gallardón-Aguirre por el nombre de las guarderías

Los nombres se pusieron mediante un decreto del Gobierno regional de 29 de julio. Las escuelas pasaron a llamarse «La Corte del Faraón», «El Barberillo de Lavapiés», «La Chulapona», «La Rosa del Azafrán», «Doña Francisquita», «La Gran Vía», «La Verbena de la Paloma», «La del Soto del Parral», «La Alegría de la Huerta», «La del Manojo de Rosas», «Las leandras» y «La Revoltosa». La presidenta regional, Esperanza Aguirre, asegura que no entiende el conflicto: «No me parece que tenga nada de malo » que se llamen así, sobre todo cuando «al alcalde siempre le han encantado las zarzuelas». Más allá, añadió, es «la Comunidad, que sufraga la mayor parte de los gastos de las escuelas infantiles, la que les pone el nombre». Espera que en breve la consejera de Educación, Lucía Figar, «hable con el alcalde o con el vicealcalde pra ver a qué acuerdo podemos llegar».

Pero en el Ayuntamiento discrepan: según explicaron a ABC fuentes municipales, «es el Ayuntamiento quien paga el suelo y la construcción de las escuelas, y luego los gastos de funcionamiento se abonan a medias con la Comunidad y los padres». En cuanto a los nombres, «el Ayuntamiento envió una propuesta a la Comunidad con los que querían ponerle a estas nuevas escuelas infantiles, como siempre se hace, pero nuestra sorpresa fue mayúscula al ver que se respondía con un decreto que imponía los nombres de zarzuela».

Hasta la fecha, no había habido problemas con las denominaciones propuestas por el Gobierno local, excepto «algún caso concreto, como las que quisimos llamar "Tintín" o "Zipi y Zape", y se nos aconsejó cambiarlo por si había problemas de derechos de autor». Los nombres que el Ayuntamiento proponía, «de flores o árboles», habían sido «consensuados en las juntas de distrito». El proceso judicial, por parte municipal, ya se ha iniciado; habrá que ver si se alcanza un acuerdo entre las partes para que puedan entonar juntas «La canción del olvido».