Un preso agrede a tres funcionarios con un palo de madera afilado en la cárcel de Aranjuez

Los hechos sucedieron en el módulo 5 de la prisión de Aranjuez el día 7 a las 14.30 horas cuando al interno M.A.C. se le comunica el cambio al módulo 1 por orden de los responsables de la prisión. Tras la orden, los dos internos que ocupan la mencionada celda se atrincheraron y ambos, coordinados, no quieren salir de la misma, amenazando a los funcionarios y comenzando a dar golpes con la silla y con el palo de madera afiliado de la escoba.

Los profesionales intentaron tranquilizarles y dialogar con ellos, «a pesar de tener la celda llena de agua y jabón, y del estado de agitación y las continuas amenazas que proferían a los funcionarios», ha señalado la asociación. Pasado un tiempo, uno de los reos, J.L.G.N, desistió de su actitud y salió de la celda, mientras que M.A.C aumentó su resistencia, comenzando a quemar el colchón. Ante ello intervinieron los funcionarios, resultando tres de ellos heridos. A uno de ellos el preso le clavó en la rodilla el palo afilado de la escoba.

«Los trabajadores penitenciarios diariamente nos enfrentamos a las agresiones que provoca la población reclusa. No estamos preparados ante estas situaciones, dado que desconocemos el perfil psicológico y mental que padecen la mayoría de internos en los centros penitenciarios, unido a la falta de efectivos que sufrimos actualmente», se ha quejado la APFP.

Además, denuncian que en la actualidad las agresiones a los funcionarios y trabajadores penitenciarios no son considerados como atentados a la autoridad y quedan excluidos como profesionales del protocolo contra las agresiones de los funcionarios de la Administración General del Estado, «lo que provoca que estos gravísimos incidentes no tengan un castigo ejemplarizante para los internos que protagonizan estos agresiones».

La asociación ve con preocupación el «aumento» de las agresiones a los trabajadores penitenciarios, «mientras la Administración mira para otro lado y no toma medidas de forma inminente para que los profesionales penitenciarios sepan enfrentarse con las garantías suficientes ante los estados de agitación y trastornos patológicos, psiquiátricos y psicológicos que padece gran parte de la población penitenciaria, unido en muchos casos al trastorno que supone la toma de drogas y el estado mental de la mayoría de la población reclusa».

«Los profesionales penitenciarios cada día soportamos el aumento de los incidentes regimentales, donde la agresiones para la Administración y los responsables de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias consideran que van en nuestro sueldo, y no asumen ninguna responsabilidad ante cualquier incidente», ha concluido la APFP.