La ley del Concebido de Ayuso despierta el recelo de Vox: «No puede servir de coladero para dar más ayudas a inmigrantes»

Ese desencuentro queda a la vista de todos cada semana, con una desconfianza creciente entre ambos partidos. Ahora, el Gobierno regional acaba de iniciar el trámite de la ley del Concebido, para considerar al no nacidos como un miembro más de la familia, lo que puede ser beneficioso a la hora de optar a ayudas y subvenciones. Ayuso anunció esta medida en el Debate sobre el estado de la región del 11 de septiembre, y el Consejo de Gobierno inició la tramitación de la ley la pasada semana, con la publicación en el Portal de Transparencia de la consulta pública.

Ayuso enmarca esta ley en la Estrategia de protección a la maternidad y paternidad y de fomento de la natalidad y la conciliación de la Comunidad de Madrid. La región será la primera comunidad en dar este reconocimiento con carácter general, ya que Galicia cuenta con una ley similar pero que aplica solo a las familias numerosas.

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A priori, y sin entrar en todos los detalles que se incluirán cuando el proyecto de ley llegue a la Asamblea de Madrid, podría ser un punto de encuentro claro entre el PP y Vox, por lo que supone el reconocimiento del concebido no nacido como un miembro más de la familia desde que la mujer se queda embarazada. Pero en el momento político actual, con los dos partidos de la derecha madrileña enfrentados e inmersos en un clima de desconfianza mutua, ni siquiera un proyecto así podría ser suficiente para conseguir un entendimiento.

De entrada, fuentes de la dirección regional de Vox subrayan que, efectivamente, «el concebido no nacido es un miembro más de la familia». Hasta ahí hay acuerdo sin discusión. El problema llega después, cuando desde Vox avisan de que esta ley «no puede servir de coladero para dar más ayudas a inmigrantes».

Las fuentes parlamentarias de Vox consultadas subrayan que el texto que está impulsando el Gobierno de Ayuso, y que llegará a la Asamblea en los próximos meses, no puede traducirse tampoco en un «efecto llamada que atraiga a más extranjeros a nuestra región que sufre el hacinamiento y la saturación de servicios públicos».

En Vox sostienen que «una ley así debe regirse por el principio de prioridad nacional». Este concepto de 'preferencia española' está muy presente en la iniciativa que el partido de Abascal llevó al Pleno de la Asamblea la semana pasada contra la inmigración irregular y se ha convertido en piedra angular del plan de Vox sobre la inmigración. En la exposición de motivos lo explicaba así: «En materia de ayudas e incentivos por el Estado, el criterio de prioridad nacional es esencial: las ayudas públicas deben dirigirse, en primer lugar, a los nacionales; a quienes han nacido, viven, trabajan y cotizan en nuestra tierra».

«No se trata solo de una cuestión económica, sino de justicia, cohesión social y proyecto nacional», explican en Vox. «Las subvenciones y ayudas públicas, además de todo el grueso del Estado de Bienestar, deben dirigirse primariamente en primer lugar a quienes han nacido, viven, trabajan y sostienen Madrid y España».

Por eso, Vox defiende que los distintos gobiernos de España y Madrid deben incorporar «de forma expresa e inmediata el criterio de prioridad nacional en la prestación de los servicios públicos como principio orientador», para «proteger» a los nacionales y para garantizar que los recursos destinados a la mejora del bienestar social «sean utilizados en primer lugar por aquellos que lo necesitan legítimamente, esto es, los españoles».

Las diferencias entre el PP y Vox se han acentuado en los últimos meses. El partido de Isabel Pérez Moñino llegó a rechazar, junto a la izquierda, una iniciativa de los populares que criticaba la financiación singular para Cataluña, por «falta de confianza» hacia el PP. Esta ausencia de entendimiento llegó a un punto máximo cuando el PP llevó una resolución en el debate sobre el estado de la región que pedía al Gobierno de Sánchez el cierre inmediato de los «macrocampamentos» de inmigrantes en Madrid. Vox se negó a votar, ni en un sentido ni en otro, y evitó así respaldar al PP.