Carrera entre PP y Vox por bajar impuestos como estreno de curso político en la Asamblea de Madrid

«Los madrileños valoran que seamos capaces de establecer un diálogo entre los distintos grupos parlamentarios, y que el intercambio de posturas, ideas e inquietudes siempre es positivo para todos», escribió Ayuso en las cartas que envió a los portavoces para invitarles a las reuniones.

Rocío Monasterio abrirá la ronda hoy a las 17 horas. Una hora y media después, la presidenta se reunirá con el portavoz socialista, Juan Lobato. Ya el martes, A las cinco de la tarde será el turno de Mónica García, número uno de Más Madrid y jefa de la oposición, al superar en votos al PSOE. Los contactos acabarán a las seis y media de la tarde, con el portavoz del Grupo Popular, Carlos Díaz-Pache.

Ayuso, que hoy por la mañana será recibida en audiencia por el Rey, explicará a los portavoces cuáles son las prioridades de su Gobierno en estos primeros meses de legislatura. En primer lugar figuran los presupuestos, que la presidenta y su Gobierno diseñarán ya sin ningún tipo de condicionante externo. Pero en el mismo grado de prioridad está la ley de incentivos fiscales. Ayuso quiere empezar esta parte de su mandato en la Presidencia regional con una de sus señas de identidad, la bajada de impuestos. Será una de las primeros normas que llegue a la Asamblea, después del bloqueo que realizó Vox a principios de año. Suponen medidas de rebaja fiscal para inversores extranjeros, lo que ha originado fuertes críticas del último socio del PP, al entender que «castiga a los madrileños».

Los dos partidos de la derecha competirán en este inicio de curso por la bandera fiscal. Monasterio informará hoy a Ayuso de su primera propuesta de la legislatura: bajar medio punto en el tramo autonómico del IRPF. Vox llevará una proposición no de ley a la Asamblea para que su iniciativa se debata y se vote. Desde el PP ya han explicado que les parece muy bien, tanto que lo llevaban ellos mismos en su programa electoral. Pero la competición no se queda ahí: Vox va más allá y pide que se aplique con efecto retroactivo desde el 1 de enero de este año. Y además quiere que la medida se apruebe de forma inmediata.

En el PP, por ahora, se han limitado a reivindicar una de sus medidas estrella, pero no se quiere dar una fecha ni siquiera aproximada de cuándo tienen previsto aprobarla: «Dependerá de lo que diga la Consejería de Economía», aseguran, como si su aprobación como tal no tuviera un componente claramente político que Ayuso tratará de rentabilizar. En cuanto al efecto retroactivo, fuentes populares señalan que debe estudiarse su viabilidad.

Desde hace meses, incluso antes de las elecciones, la reforma de la ley Trans, para dar una mayor seguridad jurídica a los madrileños frente a la norma nacional de Irene Montero, se situó como una de las prioridades y urgencias del Gobierno de Ayuso. Pero en sus planes estaba que Feijóo impulsara su propia ley desde La Moncloa tras las elecciones de julio, y marchar de la mano en esto, algo que, como es obvio, no va a suceder. Lo cierto es que en Sol subrayan que su objetivo sigue en pie, pero han enfriado las prisas por tocar una ley aprobada en tiempos de Cristina Cifuentes y que se considera claramente ideológica, y cuya modificación puede provocar uno de los mayores choques del Gobierno regional con la oposición de izquierdas. En este momento, fuentes próximas a Ayuso avisan de que el deseo de reforma sigue en pie, pero ya «no es una urgencia». «Hay otros asuntos más importantes».

El curso empieza, además, con dos grupos en la izquierda que pugnan por la hegemonía como jefes de la oposición. En estos primeros compases, Lobato no ha dudado a la hora de apoyar a Ayuso en asuntos como la gestión de la alerta por el temporal, mientras que su relación con Mónica García es visiblemente mejorable. Tanto el PSOE como Más Madrid pondrán el acento en la reunión con Ayuso en las áreas de Educación y de Sanidad, algo que ha marcado el inicio de curso político de ambas formaciones.