La Cabra Mecánica: «Que esta gira tenga fecha de caducidad es sano para mí»

Ya han pasado por La Mar de Músicas, ¿qué tal las sensaciones?

La idea era hacer pocos conciertos con esta gira, y han ido saliendo más de los previstos. En La Mar de Músicas fue muy chulo, la gente estaba súper feliz y en la banda había mucha emoción. Tenemos una edad que no nos permite pensar en el 50 aniversario (risas), así que lo estamos viviendo muy intensamente.

¿Le sorprende que aquellas canciones sigan vivas en un ecosistema musical como el actual?

No es algo buscado, pero ha pasado. Algunas veces ocurren estas cosas, con canciones buenas y con canciones malas, que se quedan en el subconsciente colectivo. Es algo que nunca se sabe por qué ocurre.

¿Cómo surgió la idea de celebrar el 25 aniversario, teniendo en cuenta que usted siempre ha sido muy reticente a reunir a La Cabra Mecánica?

Yo sigo haciendo mi trabajo como Lichis, pero desde que paramos con La Cabra Mecánica siempre ha habido un runrún con la vuelta del grupo. Si hay tanta gente esperando, pues allá va.

Usted ha contado varias veces que la explosión de popularidad de La Cabra le afectó a nivel personal y artístico. ¿Quizá esta gira sirva para reconciliarse con ese pasado?

Bueno, te respondo diciendo que saber que esta gira tiene fecha de caducidad es sano para mí, es bueno para mi coco. Cuando acabe, volveré a retomar mi camino como Lichis. De hecho, sigo dando conciertos en solitario durante estos meses.

¿Qué le viene a la cabeza cuando recuerda la grabación del primer disco?

Ahora es muy fácil grabar, pero entonces lo hacíamos con bobina, y la sensación al ponerse en marcha la cinta la tengo muy vívida todavía. No sabría explicarla. Era como que por fin llegábamos a algo después de tanto trabajo. Muy emocionante.

También se dice que ahora la música de éxito no es tan buena como antes.

Ese debate me da mucho coraje. Siempre ha existido, no es nuevo, pero cada vez da más pereza. Música mala ha habido un montón, toda la vida. Pero los cambios generacionales en la música son necesarios, tiene que venir gente joven para molestar a los mayores, porque eso es bueno. El problema que veo ahora es que parece que si no te gusta lo nuevo, eres idiota. ¡No nos tiene por qué gustar toda la música!

Usted es un artista de salas, ¿cómo ve el panorama para este otoño-invierno? En el sector hay cierto nerviosismo...

El noventa por ciento de mi trabajo lo hago en salas, y durante la pandemia vi algo muy interesante, que fue la adaptación que se hizo en función de las circunstancias que había. De ahí pudimos haber sacado conclusiones válidas para aplicar ahora, pero ha pasado igual que con aquello de 'de esto saldremos mejores'. Al final nos hemos olvidado muy rápido de todo, y no hemos aprendido nada.