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Azorín, la calma de la prisa

gatos que fueron tigres

Un artesano de sílabas que enseñó a Madrid a mirarse en un espejo tranquilo

Pepín Fernández, creador del colmado gigante Galerías Preciados

Azorín a la salida de su casa en primavera de 1954 virgilio muro
Alfonso J. Ussía

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José Martínez Ruiz, conocido para siempre como Azorín, fue uno de esos madrileños que nació en Valencia para hacerse gigante en la capital de España. Su Madrid fue el de los posos de café y el humo de las tertulias, la de los tranvías y ... el estiércol de caballo, la de sombreros y maneras, de revoluciones y cuartillas mientras todo pasaba delante de una media tostada que los bohemios no se podían pagar. Llegó a Madrid con 23 años, siendo ya un abogado sin pretensiones de ejercer. Lo suyo era la pluma, la literatura, la prosa diaria que quiso plasmar en cuartillas y detalles que solo a él le parecían importantes. Por eso muy pronto comenzó a contar la vida madrileña desde las páginas de El Progreso. Poco después, en 1913, con un prestigio que volaba por la ciudad, se consolidó como columnista de ABC, marcando un antes y un después en la crónica literaria española.

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