Alfonso Serrano: «Hay partidos que juegan sucio y mandan a 'hooligans' a los actos de otros»

—No vamos a renunciar a lo que ha sido el éxito de las campañas electorales del PP con Isabel Díaz Ayuso: va a ser una campaña pegada a la calle, con mucho contacto con la gente. Pese al griterío de parte de la izquierda, que pretende amedrentarnos, no vamos a renunciar a ello.

—Pero la calle también tiene su peligro...

—Tiene peligro si hay partidos que juegan sucio y a lo que se dedican es a mandar 'hooligans' a los actos de otros, a increpar o insultar. Tenemos pruebas de que el PSOE, igual que Podemos y Más Madrid, se han dedicado a movilizar a gente afín para ir a insultar a la presidenta.

—¿Participará Feijóo en la campaña?

—Contamos con Feijóo, con Rajoy, con Aznar, con Juanma Moreno...

—¿Habrá sorpresas en los candidatos que faltan por conocerse, a alcaldías donde ya gobiernan?

—Hay gente que lleva muchos años y quiere dejarlo, otros no... La mayor parte de los casos, son gente que tiene toda la confianza para seguir. No va a haber mucho cambio.

—¿Piensan recuperar ayuntamientos como Alcorcón?

—Tenemos expectativas buenas en la mayor parte de ellos. Existe una pulsión de cambio en la mayor parte de los municipios en que gobierna el PSOE. Muchos, como los del sur, no están peor por estar en el sur, sino porque llevan 30 años gobernados por el PSOE. Y la gente quiere cambio.

—¿Fuenlabrada podría estar ahí? Hasta ahora ha sido inexpugnable.

—Nosotros nos presentamos a estas elecciones sin renunciar a ninguna victoria en ningún sitio. Hay posibilidades de cambio, y el PSOE también lo sabe. De ahí que estén utilizando técnicas bastante barriobajeras en lugares donde creen que pueden perder. Afrontamos una campaña en que nos esperamos por parte de la izquierda cualquier cosa de todo y contra todos.

—Hace un año de la salida de Casado del partido. ¿Cómo lo recuerda?

—Yo lo viví pero no es un tema del que ahora estemos preocupados lo más mínimo. Lo que ocurrió, ocurrió. Ahora estamos centrados en los problemas reales de Madrid.

—¿La tensión que se mantiene con el Gobierno central va a sumar votos o se les puede volver en contra?

—Creo que se volverá en contra de quienes justifican esos agravios del Gobierno de Sánchez contra Madrid. Estamos viviendo estas últimas semanas constantes averías y retrasos en Cercanías, cuando hay un plan de 5.000 millones de euros en Cercanías que el Gobierno de Sánchez tiene en un cajón. Ves que se invierten 70 millones de euros en los Presupuestos Generales del Estado para Madrid y mil y pico millones en Cataluña; parece que premias a los golpistas, mientras que a una comunidad que genera el 20 por ciento del PIB se nos maltrata. Que no piensen que nos vamos a quedar callados ante cada injusticia que se haga con los madrileños.

—¿Reconocen un problema en la sanidad pública, más allá de que haya o no utilización política del tema?

—Que Madrid, como el resto de España, tiene un problema sanitario es algo evidente. Viene incluso de antes de la pandemia; es responsabilidad de todas las administraciones no haber sido capaces de adaptar el modelo sanitario a una sociedad que va creciendo y demandando nuevos y mejores servicios. Y eso pasa por tener más médicos.

—Que no los hay.

—El problema de Madrid, dicen, es que no tenemos médicos porque los maltratamos, se les paga poco y se van. Debe existir una decimoctava comunidad autónoma imaginaria a la que van todos los médicos, porque en Castilla-La Mancha faltan, en Valencia faltan, en Extremadura faltan... Entonces, ¿dónde se van? En demora en Atención Primaria la media en España es de 8,8 días. Madrid está en el 9,02, más o menos en la media. Comunidades como Cataluña, Baleares o Comunidad Valenciana, están muy por encima, y no pasa nada. Lo mismo que se ha ofrecido aquí a los médicos, en otras comunidades se ha aceptado y se ha desconvocado la huelga; aquí continúa. El tratamiento mediático y sindical que se le está dando es diferente.

—¿Temen que les pase factura electoralmente?

—Los madrileños, que tienen muy buena memoria, saben que cuando llega unas elecciones surgen las mareas, y los mantras de que vamos a destrozar la sanidad pública, a privatizarla. Muy malos debemos ser si llevamos 25 años privatizando la sanidad pública y tenemos los mejores datos en listas de espera quirúrgicas y de consulta, tres hospitales entre los 100 mejores del mundo, somos primeros en terapias avanzadas del cáncer...

—La relación con Vox está totalmente rota.

—Creo que Vox se equivoca: si cree que Ayuso es su adversario, tiene un problema. El adversario es quien está en contra de la libertad y pretende cercenar derechos de los madrileños y subirles los impuestos, y es la izquierda.

—¿Y si luego les hace falta Vox?

—Es que hacer hipótesis... Son cuestiones que no nos planteamos. Estamos convencidos de que si hoy hubiera elecciones en Madrid, Ayuso sacaría mejores resultados que el 4-M.

—Hace poco dijo que el deterioro de las instituciones en España comenzó por la entrada de Podemos. ¿Vox no las ha deteriorado también?

—Cuando estás en posiciones más alejadas de la centralidad, eso evidentemente distorsiona. Pero en ningún momento he visto a Vox cuestionar el régimen del 78, ni la legitimidad de actores sociales y políticos y las instituciones. Podemos cuestionaba la monarquía, el régimen del 78, querían el control del CNI y la RTVE... Decía que las instituciones no les representaban y ahora forman parte de ellas y ganan cientos de miles de euros gracias a ellas. Podemos es lo más tóxico que le ha ocurrido a la democracia española.

—¿Con bipartidismo vivíamos mejor?

—El que la gente se sienta representada en multitud de formaciones polítas es bueno, pero la efectividad de una democracia también se ve por la estabilidad de los gobiernos, y creo que el multipartidismo no le ha venido bien a nuestro país.

—¿Queda algún poso de desconfianza hacia Ayuso en la dirección nacional del PP?

—¿A día de hoy? En absoluto. La relación es excelente en ambos sentidos.

—¿Le ve recorrido a la presidenta más allá de Madrid?

—Su recorrido está en volver a ser elegida presidenta y que Feijóo sea el presidente nacional. Ella también lo dijo, que su inicio y su final está en Madrid.