Dormir con ruido multiplica por nueve los despertares

La primera medición de su sueño —polisomnografía—, se la hicieron en su casa, en el distrito de Retiro. Después, Álvaro hacía su vida normal y a las ocho de la tarde entraba en el cubículo. Cena ligera y película de vídeo. Los doctores le ponían los electrodos en la cabeza y se iban. El joven dormía mientras empleados de seguridad vigilaban el exterior por si llegaba alguna gamberrada.

Allí, en la Castellana, no había, de media, más de 60 decibelios pero, aun así, él ha sufrido, la última noche, hasta 37 «arousals», esos micro despertares que, sin despertarle, «le hacían pasar de un sueño profundo a uno más superficial. Eso, a la larga, produce el mal dormir», dice el doctor Eduard Estivill, experto en temas de sueño, y director del experimento. La prueba se enmarca en la III Campaña por la Salud Acústica, promovida por la marca Pikolin.

El mal dormir afecta al 99% de la población. Dispara el gasto sanitario, se va más al médico, se toman más medicamentos y hay más bajas laborales. Con la crisis, el insomnio ha aumentado.«El 60% de los casos, se curan con los especialistas de las unidades del sueño», tranquiliza Estivill quien, además, pide una mayor concienciación a los gobernantes.